_
_
_
_

El primer proceso masivo contra la Camorra comienza hoy en Nápoles

Todo está preparado en Nápoles para que hoy comience el proceso monstruo que, por primera vez en los anales criminales italianos, llevará a la Camorra, el hampa napolitana, ante la justicia. La sala de la audiencia en la que se desarrollará la vista del proceso tiene las dimensiones de un estadio, para poder acoger a los 640 acusados, y cerca de mil policías se encuentran en pie de guerra.Este juicio contra la Nueva Camorra Organizada (NCO), epílogo de la gran redada que se llevó a cabo el 17 de junio de 1983, se va a desarrollar bajo el signo del gigantismo. La masa de acusados ha tenido que ser dividida en tres para comparecer el 4 de febrero (los primeros 252 encausados), en marzo y en abril.

La sala de la audiencia, de 3.000 metros cuadrados, fue construida especialmente en el patio de la célebre prisión napolitana de Poggioreale. El traslado de los detenidos va a requerir camiones celulares gigantes y 20 grandes jaulas alambradas situadas sobre una de las paredes de la sala. Un total de 261 abogados, cerca de cien periodistas, 900 sillas, 300 mesas y 250 micrófonos completan los datos de la primera fase del proceso.

Este proceso contra la NCO no es sólo histórico por sus dimensiones. Constituye la primera acción judicial de esta envergadura contra una de las mayores plagas de Nápoles.

El balance oficial de la actividad de la Camorra, seis meses antes de esta redada, era de 265 muertos, sin contar los muertos blancos, denominación con la que se conoce en la región a los desaparecidos.

Cutolo, ausente

Habrá, no obstante, un gran ausente en Poggioreale: el padre y patrón de la Nueva Camorra, Raffaele Cutolo, ya juzgado y en espera de un nuevo juicio por acusaciones individuales relativas a sus actividades y que no ha sido convocado a este proceso de grupo.La agonía de la NCO se inició en el mismo momento en que don Raffaele se esposaba, de estricto azul marino, en la cárcel de alta seguridad de Asinara, en Cerdeña, en mayo de 1983, con una joven y guapa napolitana llamada Inmaculada Jacone.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Uno de los lugartenientes de Cutolo rubricó entonces cientos de páginas de declaraciones sobre las acciones del clan.

Otros diez arrepentidos confesaron, entre ellos el terrible Pasquale Barra, especie de Barba Azul apodado O Anemale (El Animal), que al ver que don Raffaele faltaba a las tradiciones de la Camorra, decidió contarlo todo.

La fecha de nacimiento de la NCO, ambiciosa tentativa de Cutolo para estructurar de forma moderna las viejas bandas o clanes de la criminalidad tradicional, se remonta a 1979. Cutolo se puso en contacto con la Mafia y la N'drangheta (mafia calabresa) para el tráfico de drogas y organizó las castas de su ejército.

Entre los acusados se encuentran el industrial Antonio Sibillia, ex presidente del club de fútbol de Avellino; dos terroristas -Pier Luigi Concutelli (de extrema derecha) y Sante Notamicola (de extrema izquierda)-; un célebre bandido, Renato Vallanzasca, apodado el Bello Renato, y dos abogados de prestigio.

No hay que olvidar tampoco a "la dulce hermana Aldina", intrépida religiosa que franqueaba todas las censuras para escribir a Cutolo. "Leo algunos libros sobre Jesucristo que me ha enviado la dulce hermana Aldina", escribió don Raffaele a un amigo, "y voy a intentar hacer un esfuerzo para expresar lo que entiendo por el concepto de camorrista de Dios". En el banquillo de los acusados hay también un sacerdote y un cantante romano, Franco Califfano.

El más célebre de los procesados, el diputado europeo Enzo Tortora (del Partido Radical), destacado presentador de la televisión, debe comparecer aparte el 20 de febrero. Tortora, que ha cumplido un año de prisión preventiva antes de ser liberado gracias a su elección para el Parlamento Europeo, ha declarado su inocencia.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_