Alfonso Osorio admite la posibilidad de que una futura 'gran coalición' conservadora no sea presidida por Fraga

El vicepresidente de Alianza Popular, Alfonso Osorio, admitió ayer implícitamente la posibilidad de que Manuel Fraga no presida una futura gran coalición de fuerzas no socialistas en la que estuviesen integrados los reformistas. Tras una conferencia -salpicada de heterodoxias con respecto a la que venía siendo doctrina oficial en AP hasta el momento-, pronunciada en el Club Siglo XXI, Osorio señaló anoche que "plantear el problema del liderazgo en una gran coalición electoral es empezar la casa por el tejado. Mientras no haya voluntad de hacer la coalición, plantear en primer término el liderazgo es personalizar el tema".Sin embargo, a continuación, Osorío señaló que esa gran coalición de fuerzas no socialistas sería imposible sin Fraga en la presidencia de AP. "Si alguien pretende que, desde la vicepresidencia de Alianza, yo le ponga una zancadilla a Manuel Fraga, sin haberse hecho la coalición, se equivoca; no lo haré nunca, y antes me retiraré de la política".

En la cena posterior a la conferencia en el Club, a la que Fraga no asistió, Osorio, que propugnó la inevitabilidad de una coalición preelectoral con los reformistas, predicó "no atacar a los afines; no diré una sola palabra contra ellos, y si la dicen ellos contra mí, replicaré con una sonrisa". Esta frase fue interpretada como una velada alusión al reciente intercambio de ataques entre Jordi Pujol y el propio Fraga.

"Hoy se dan todas las condiciones objetivas para poder proponer a los españoles no socialistas algo que es inevitable en el futuro: un Gobierno de coalición, o una coalición para el Gobierno". Sobre esta idea basó Osorio su conferencia, titulada El futuro de la derecha española. Coherente con esta idea genérica, Osorio rectificó un concepto instalado hasta ahora en la doctrina de su partido: "No hay cosa que esté perjudicando más a la derecha española que la obsesión bipartidista".

En la derecha no existe un partido homogéneo y predominante, agregó Osorio, "porque, por un lado, los progresistas se resisten a encuadrarse en el mismo partido que los conservadores y, por otro, porque en Cataluña y el País Vasco hay un sistema de partidos nacionalistas que, aunque respaldados por fortísimos componentes de derecha sociológica, tienen tensiones ideológicas hacia la polarización centrífuga".

A continuación, elogió a Convergencia Democrática de Catalunya porque, "como en tiempos de Cambó", ha sido capaz de volver su vista a los problemas nacionales. Por otro lado, la junta directiva nacional de AP, reunida ayer, tuvo, como tenia básico en su agenda, el estudio de las posibilidades de "propiciar una gran coalición preelectoral, partiendo de lo ya existente, Coalición Popular", exigencia esta última en ningún momento citada por Osorio durante su conferencia.

La propuesta de gran coalición lanzada por Osorio, mezclada con una fuerte autocrítica a la actuación "con complejos de inferioridad" de la derecha, fue lanzada en un momento en el que tanto los dirigentes de AP como los de su socio democristiano, el PDP, se esfuerzan en superar la última controversia entre ambos, surgida cuando Alianza filtró un sondeo sobre posibles resultados electorales en Galicia.

Esto hizo que los democristianos gallegos amenazasen con romper la coalición en aquella comunidad autónoma, amenaza que ayer quedó disipada cuando el presidente del PDP en La Coruña, Enrique Marfany, se retractó para asegurar que los dos partidos irán juntos a las elecciones autonómicas. Éstas, inicialmente previstas para octubre, podrían retrasarse, según dió ayer a entender el vicepresidente de la Xunta gallega, el aliancista Jose Luis Barreiro, quien habló de una fecha comprendida "entre el 20 de octubre y el 19 de diciembre". Este retraso, de concretarse, repercutiría sobre la fecha de convocatoria por el Gobierno del referéndum sobre la OTAN, dado que legalmente esta consulta debe celebrarse con una diferencia de tres meses sobre cualquier otra elección.