Muere un joven por una nueva avalancha de nieve en Candanchú

Julián Mancho, de 32 años, natural de la localidad navarra de Ezcaroz, murió ayer arrollado por un alud en la estación invernal de Candanchú (Huesca) en la zona final de la pista de Carabineros. La estación -y toda la zona- vivía bajo el impacto de un accidente similar que la víspera había provocado la muerte de seis personas. El rey Juan Carlos, que pasó el fin de semana esquiando en Candanchú, se personó en ambas ocasiones en los lugares de los siniestros, poniendo su escolta a disposición de los accidentados. Ayer se dieron insistentes avisos por megafonía para que se utilizaran sólo las zonas señalizadas para esquiar.

El accidente se produjo sobre las 13.30 horas, cuando un grupo de cuatro personas se hallaban esquiando en una ladera, fuera de la pista de la zona final de Carabineros. Según indica la nota hecha pública en la tarde de ayer por la dirección de la estación, el accidente se debió al efecto de sus propias huellas al romperse la capa de nieve de la ladera, cuyo deslizamiento ha arrastrado a los esquiadores hacia el final de la misma". De los cuatro deportistas afectados, tres pudieron liberarse de la nieve que los sepultó.Desde el primer momento, se realizó un rastreo por la superficie, dando paso inmediatamente a la búsqueda con la intervención de perros adiestrados. "Tras breves minutos de sondeo", sigue el comunicado de la estación, "fue encontrado el cuerpo de Julián Mancho, que inmediatamente fue asistido por el servicio médico que se encontraba en el lugar", que intentó infructuosamente su reanimación durante su traslado al hospital de Jaca en helicóptero.

Avisos desatendidos

El personal de la estación invernal de Candanchú -tras la triste experiencia del día anterior- había intensificado los comunicados por los servicios de megafonía, insistiendo en la necesidad de esquiar únicamente por las pistas trazadas. Estos avisos, concluye el comunicado, "han sido en ésta y otras ocasiones desatendidos y desoídos por muchos esquiadores, por lo que este accidente ha sido una manifestación más, lamentablemente trágica, del comportamiento de muchos esquiadores".Eduardo Roldán, director de la estación de Candanchú y hombre experto en nieve, reiteró a este diario la necesidad de que el esquiador colabore y cumpla las medidas de seguridad establecidas. "La montaña no perdona", manifestó Roldán, "y la masificación del esquí lleva cada vez más cantidad de gente a las estaciones, pero la nieve y la montaña son como antes. A nosotros que preparamos las estaciones para que la gente no se haga daño, esto nos supone una gran carga moral".

El Rey, en el lugar del accidente

El rey Juan Carlos, que eligió la estación de Candanchú para practicar durante este fin de semana el deporte del esquí, asistió al lugar donde se produjeron los accidentes. En el caso de ayer, tras el accidente, don Juan Carlos llegó a la misma boca de la avalancha del alud que quitó la vida a Julián Mancho. Previamente había esquiado, a lo largo de toda la mañana, con Eduardo Roldán, por las pistas de El Tobazo y La Rinconada y las zonas del Puente, Eslalon y Príncipe de Asturias. Según manifestaciones directas del propio Roldán, el monarca se mostró muy preocupado y afectado por los hechos.En la tarde del sábado, el rey Juan Carlos permaneció en el hotel Edelweis, donde se aloja, retirándose a descansar tras la cena. En otras ocasiones don Juan Carlos se dejaba ver en algunos lugares de la estación o zona próxima, donde departía con el personal que se acercaba a saludarle.

Sobre las 16.00 horas de ayer, el monarca salió de la estación para trasladarse a la Escuela Militar de Montaña de Jaca, desde donde regresó a Madrid en helicóptero.

Por otra parte, ayer quedaron instaladas en Vitoria y Pamplona las capillas ardientes con los cuerpos de las seis esquiadores muertos el sábado. Hoy se celebrarán en las dos capitales los funerales por las víctimas.