En 1985 el Gobierno hará menos proyectos de ley y pondrá en práctica lo legislado hasta ahora, según Felipe González

El presidente del Gobierno, Felipe González, anunció a los periodistas, antes de iniciarse el último Consejo de Ministros del año, el pasado viernes, que durante el año que mañana comienza el Gobierno elaborará menos proyectos de ley, dedicándose, en cambio, a poner en práctica lo ya legislado. El año 1985 abrirá para el Gobierno socialista una nueva etapa, por completo diferente a la que hasta ahora ha vivido el equipo de González. Fuentes gubernamentales calificaron a 1985 como "el año del consenso", admitiendo que debe ser el año que enmarque la formación del segundo Gabinete del PSOE.

La mayor parte de los proyectos de ley ya aprobados por el Consejo de Ministros, entre los que se encuentran reformas que afectan a importantes estructuras sociales e institucionales, no ha llegado a entrar aún plenamente en vigor, por unos u otros motivos, fundamentalmente por hallarse pendientes de trámites parlamentarios o de dictamen del Tribunal Constitucional.Quedan, no obstante, otros importantes proyectos legislativos pendientes de recibir la correspondiente luz verde en Consejo de Ministros para ser enviados al Parlamento; es el caso de la polémica ley de Aguas, de la Reforma de las Pensiones y de la Seguridad Social o de la Reforma Sanitaria. Todos estos te mas deben, teóricamente, ser aprobados por el Ejecutivo a lo largo del primer trimestre del año. Otros proyectos, incluidos en los planes iniciales del Gobierno -nuevo Código Penal, unificación de cuerpos y fuerzas de la seguridad del Estado- parecen encontrarse, sin embargo, definitivamente varados.

Está ya prácticamente culminado el proceso de transferencias de competencias a las comunidades autónomas, así como las legislaciones en materia de reforma de la Administración, militar, laboral, educativa y sindical -aunque la ley orgánica del Derecho a la Educación y el proyecto de ley de Libertad Sindical, así como la despenalización parcial del aborto, se encuentran aún pendientes del dictamen del Tribunal Constitucional a causa de la presentación de recurso previo de inconstitucionalidad-. Resta ahora la parte más difícil: aplicar lo ya legislado.

Segunda fase

Administración piensan que, para poner en marcha esta segunda fase del proceso, González tendrá que acometer no sólo alguna remodelación en su Gobierno, sino también llevar a cabo cambios de cierta profundidad en el segundo escalón del poder. Hasta ahora, y si se exceptúan algunas sustituciones en Hacienda y en el Ministerio de la Presidencia, así como en la cabeza del INI o en unos pocos gobiernos civiles, no se registraron modificaciones sustanciales en el personal que inició el cambio en diciembre de 1981.Pero ahora los rumores de crisis, nunca del todo acallados desde el pasado mes de junio, vuelven a estar presentes en ministerios, embajadas y redacciones de periódicos, habiendo cobrado más fuerza a raíz de la celebración del 30º Congreso del PSOE.

La forma en la que el secretario general del PSOE, Felipe González, hizo los cambios en la ejecutiva de su partido muestra que el presidente del Gobierno será el único que sepa cuándo tendrá lugar y a quiénes afectará la crisis.

Muy presumiblemente, no habrá consultas previas ni petición de pareceres, para evitar una repetición de lo ocurrido el pasado mes de junio, cuando se desató un conato de batalla interna en el Gabinete, tratando de forzar la rumoreada crisis en una u otra dirección. Sin embargo, en este año preelectoral, González necesitará sin duda ilusionar a sus votantes con nuevas figuras en el Ejecutivo.

De momento, la única fecha remotamente indicativa en relación con un posible reajuste reside en el próximo 12 de febrero, cuando se celebrará en el Senado el prometido y tantas veces aplazado debate sobre las autonomías, que estará a cargo de Felipe González y del titular del departamento de Administración Territorial, Tomás de la Quadra, uno de los ministros más citados cuando se habla de crisis. Algunos medios socialistas aventuraron en las últimas semanas la hipótesis de que el presidente pudiera acaso tratar de mostrar su voluntad de abrir efectivamente una nueva etapa en este terreno aportando una cara nueva al debate.

En busca del consenso

Junto a ello, los intentos de consenso también podrían contribuir, creen medios gubernamentales, a potenciar la imagen del Gabinete en general y de Felipe González en particular. En enero se reanudarán las negociaciones en busca de un consenso sobre los 10 puntos delineados por el presidente el pasado mes de octubre para la permanencia de España en la OTAN, y también a lo largo de los primeros días de este mes discurrirán las conversaciones para llegar a un pacto de legislatura -al que se atribuye mucho mayor alcance que el puramente parlamentario- entre socialistas y nacionalistas en el País Vasco.Presumiblemente, González tratará de ampliar en lo posible el consenso con otras fuerzas políticas a las condiciones para la integración de España en la CEE, máxime cuando parece obvio -el ministro Morán lo admitió la pasada semana en el Congreso- que la fecha formal de la adhesión española podría retrasarse, al menos, algunos meses sobre el calendario previsto, al 1 de enero de 1986.