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Reportaje:

Azca , aprendiz de Manhattan

580.000 metros cuadrados de multinacionales, restaurantes, magistraturas y hasta una parroquia

No pueden ser igual el ejecutivo de Manhattan y el del complejo madrileño de Azca, aunque este segundo ejerza de aprendiz del neoyorquino. Pero en Azca conviven las sedes de las multinacionales con el Fondo de Garantía Salarial, y los ejecutivos encorbatados con el funcionario de ministerio, o con 20 jueces de magistraturas de Trabajo. A los empleados de los miles de pequeños negocios les espanta un poco el montaje, pero les divierte trabajar allí, "porque esto parece el extranjero". Y, mientras van convirtiendo disco-barras en finos locales donde degustar café, el párroco del Castañar, iglesia ubicada en el complejo, reconoce que el habitante de Azca es un ser poco dado a la religión.

No pueden ser igual el ejecutivo de Manhattan (Nueva York) y el ejecutivo de Azca, que es su aprendiz.El de Nueva York se levanta cuando todavía es de noche. Sorbe un café a toda prisa, mira de reojo las noticias que le sirve una televisión que nunca para y, con las tripas cantando, corre hacia su oficina , situada en un inmenso rascacielos.

El ejecutivo de Madrid no madruga de ese modo. Y tampoco se desayuna igual. A las 8.30 ya está agotado, luego de su feroz lucha contra el tráfico, y repone fuerzas en la cafetería Quick -en inglés significa rápido-, donde le espera el plato de migas de pastor y la tortilla de ajos tiernos. Luego se arrea el cafelito cortado. Y con el cafelito cae el coñá.

Así, nuestro alto ejecutivo entra pisando fuerte en este complejo llamado Azca, complejo de oficinas superiores, de despachos con moqueta hasta en los techos, de secretarias con pechos como orde nadores y un aroma ambientador de churros fríos y bacon incombustible.

No pueden ser igual el brujo de los negocios y el aprendiz de nego ciado. Aunque hay que decir que aquí, en Azca, conviven ambos, porque de los 580.000 metros cua drados de esta isla privilegiada una gran proporción pertenece, por compra o arriendo, a empre sas extranjeras. Por ejemplo, una firma especializada en auditar a otras firmas ocupa casi 3.000 me tros cuadrados en un lujoso edificio con alquiler mensual superior a las 1.300 pesetas por metro cua drado. Es decir, que esta multinacional se gasta el millón largo de pesetas cada mes sólo para estar bajo el techo Azca.

Pero semejante derroche no lo hacen únicamente las grandes firmas extranjeras. En el edificio Windsor, con reputación de ser el más caro de la zona, y tal vez de todo Madrid, el Fondo de Garantía Salarial, sufragado por los irrypuestos de todos los españoles, dispone de unos 1.000 metros cuadrados también en alquiler, con lo que salario y garantía se llevan el millón a fondo perdido.

La clave de este complejo comercial y de oficinas es, precisamente, su toque superrealista: olor de ejecutivos a colonia cara y a ajos tiernos en los ascensores con memoria electrónica; espanto y regocijo de miles de dependientes que trabajan en 70.000 pequeños negocios de todo tipo, a quienes espanta "el montaje de este follón", confiesa una empleada de Celso García, "aunque es muy divertido currar aquí porque esto parece el extranjero".

Y es parte del extranjero. Por las bocas abiertas a la calle de Orense huele a gran sinfonía del croissant (así son los rótulos al uso) y al gran concierto de los orines. Detrás de rejas de seguridad, los asalariados de los grandes bancos (tres de los siete grandes tienen su sede central aquí) se miran de mesa a mesa a través de un bosque de plantas interiores cargadas de clorofila. Pero si miran un poco a la izquierda los del Banco Internacional de Comercio, ¿qué van a ver?: unas pintadas que piden condones gratis y otras que proclaman el sublime destino de las rameras: putas en el poder.

Mucha gente ignora que 20 magistraturas del trabajo están en Azca. Y que mientras las multinacionales intercambian mensajes cifrados para la compraventa de artículos exclusivos, o mensajes en clave para operaciones de alta especulación, hay 20 magistrados con toga condenando a alguien al despido o a la readmisión, fallando casos de reclamación de cantidad y sentenciando embargos u otras sanciones.

La visita a este paraíso de la moqueta acrílica y antialérgica que es Azca debe empezar por las magistraturas. Llenas de humo todas sus salas de espera, la voz de los jueces llama así: "Se cita en el número nueve a Lechuga, SA", "Se condena en el ocho a la Aseguradora Mundial a pagar medio millón de pesetas a su empleada llamada Muela", "Se subasta en el cinco un piano, un frigorífico, un armario y una encimera de doña Mercedes Melcarejo, por un total de 295.000 pesetas...".Ejecutivos y magistrados

Y mientras el ejecutivo de la planta 14 firma documentos, el magistrado de la entreplanta ejecuta a los indocumentados. Así es la vida. El juez de la sala 20 reparte caramelos al abogado que lleva una suspensión de pagos de una empresa de Chinchón. Pero, ¿habría suspendido pagos esa misma empresa si en lugar de tener su sede en Chinchón la hubiera tenido en Azca? Las letradas modernas se abren paso con sus largas y sedosas togas, y por aquí entra, como Pedro por su casa, el abogado y escritor Vizcaíno Casas, quien reparte saludos a derecha e izquierda (más a derecha que a izquierda). Al tiempo que los oficinistas comen canapés rociados con champán en un local muy fino que se llama Gargon, se oye otra voz desgarrada que pide: "¡Un montadito de ancas de rana!.".

Los sótanos de Azca, aquéllos de las disco-barras que la Prensa vapuleó y que ahora la policía vigila de noche, van a la baja. No se ven más que carteles de se alquila, se traspasa o se vende. Algunos han cambiado de función. Desde el pasado mes de agosto, lo que antes era negocio de apretón de menores es hoy Albano, un invernadero verde para tomar café y copa hablando de negocios. Y, según revela el gerente de la organización Azca, "los propietarios de locales de diversión han ido comprendiendo que su enfoque no era el correcto, que debían cambiarlo y trabajar pensando en el cliente mismo de Azca, en los ejecutivos de alto nivel".

Esa vaguada, pues, se ha purificado en buena medida. La fosa común tiene muchos mausoleos de mármol vacíos, pero las obras de construcción no cesan. Y este juego de granito, cristal tornasolado, acero y jardín con perro que defeca apesar de la prohibición se va completando según proyectos.

En lo que podríamos denominar el cogote de la vaguada (por el subsuelo de la avenida del General Perón) celebra santa misa, a las ocho, el cura José María Bravo Navalpotro, de 46 años, titular de la parroquia del Castañar. Popularmente, y dado su emplazamiento entre bares con coctelería de pecado mortal, se la conoce como la parroquia de la castaña.

Dice el párroco Bravo: "Confesiones recibo los viernes por la tarde, pero pueden pedírmela a cualquier hora mis 4.000 feligreses, aunque el habitante de Azca es un ser de apartamento poco dado a la religión".

Este cura quiere hacer su oferta de praxis sacramental a ejecutivos y a empleados: "Voy a iniciar algo parecido a lo que se hace en París y en Bruselas, una pastoral de grandes almacenes con reflexión sobre la fe". ¿Y cómo se hace esa praxis sacramental? "A través de las comunidades neo-catacumbales vamos a llegar a las mismísimas discotecas. Por ejemplo, te dejas caer en la pista iluminada de baile y, sin cruz ni ropajes (a un clérigo podrían creerle portador de nuevas modas), dices que traes el mensaje de Jesús: Dios ha nacido en la tierra...".

Parroquia y papel higiénico

Pero todavía tiene este simpático párroco un problema de identificación dentro del inmenso complejo Azca: "Algunos confunden la parroquia con los servicios, piensan que aquí abajo están los aseos, y encima me ven calvo y con blazer inglés y me preguntan: '¿Hay rollo de papel higiénico?',¿puedo vomitar el cubata?'.

Los grandes bancos y las lujosas oficinas fueron bendecidos por Bravo Navalpotro, quien, no obstante el celo, se niega a darle el in nomine Patris a los locales de bingo.

Muy pronto se inaugurará el hotel de Holiday Inn, la mayor cadena hotelera del mundo, en el corazón de Azca. Los 200.000 metros cuadrados de moqueta que cubren hoy los suelos del complejo tendrán añadido sustancioso. Y cuando estén terminados los jardines de la plaza de Picasso, dicen los promotores, "esta plaza será la segunda en tamaño de Madrid, con más espacio ajardinado que la de Oriente".

Otro monstruo está ya creciendo aquí dentro: Explosivos Río Tinto levanta 45 plantas, cor 80.000 metros cuadrados de uso polivalente. Han sido asesoradoi por el artista nipón Yamasaki, e creador de las dos torres más altai de Manhattan, los rascacielos de World Trade Center. Esos cinco kilómetros de carretera subterrá nea siguen siendo atravesados por 50.000 vehículos diariamente Aunque sólo un 15% de esos ve hículos pertenecen a Azca.

A la hora del almuerzo, lo hombres de negocios reservan me sas con flor fresca y luz suave. Ha para todos los presupuestos. Des de el lujo apabullante de Walli hasta la pizza, sin colesterol de Da Niccola. Pero el ejecutivo pide ea loría, espumoso y buen alcohol Así, la comida de negocios es un rito de ostras de Bellon, civet de liebre, codillo de cerdo y tarjeta de crédito doradas.

Siempre hay algún catalán de vorando a Madrid. Los catalanes son adictos de Azca. Se hacen notar. "Mire usted", dice un jefe de camareros que parece un almirante, "los catalanes hablan de Io suyo, dicen que tienen una vaca por habitante y cosas por el estilo y cuando sacamos los licores le piden al colega castellano que repita deprisa una frase en catalán siempre es la misma frase, algo así como plou poc pero pot ploure, y están contentos cuando ven que no pueden repetirlo...".

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