Los atractivos del Atlántico portugués
Madeira y Azores, dos oasis en medio del océano
De los históricos dominios portugueses en el Mar Tenebroso tan sólo conozco Madeira, verdísima y mil veces florecida sobre el océano. Me han hablado, sin embargo, mucho y bien de Azores personas cercanas. Unos viajes bien organizados y con mejores precios hacen que todos los veranos, invariablemente, salgan del recuerdo difuso, de la opaca y densa humedad que les prestan sus continuas referencias meteorológicas y se conviertan en ese destino que sería, como mandan los cánones, bueno, bonito y barato.Es Madeira, lo he dicho en otras ocasiones, una formación volcánica que interrumpe el Atlántico poblándolo de árboles frondosos, de orquídeas salvajes. La isla en la que se asienta la capital es una sierra cubierta de un intenso color verde, penetrada por una humedad que se hace visible en forma de gotas diminutas, cubierta en sus puntos más altos de una niebla algodonosa con permanentes amenazas de hacerse líquida. Ningún lugar mejor para los amantes de la flora atlántica, los adictos al excursionismo entre un perpetuo panorama de bosques. Perfecta también para aquellos que aman los hoteles por encima de todo y la falta de movimiento como la mejor solución para cualquier viaje. Los británicos hace tiempo que descubrieron para ellos Funchal y convirtieron sus afueras en un escogido centro hotelero que cubre todas las necesidades ociosas con sólo apretar el botón del ascensor al piso correspondiente.
Esclavo del océano
Azores es mucho más desconocido y más esclavo del océano. Hablan de lagos hermosísimos y de montes que se reflejan en las aguas. Los libros dicen que el archipiélago está formado por nueve islas nacidas en medio del Atlántico. De origen volcánico, sus tierras, fertilísimas, están cubiertas por una vegetación deslumbrante, y los cráteres, redondos y perfectos, ocupados por aguas eternamente azules que forman lagos cercados de montañas. San Miguel, dicen, es la más hermosa. Pico, toda ella pura montaña. Todas, aseguran, están cubiertas de hortensias rosadas y azulonas que convierten las islas en un cuento de hadas. El turismo, eso lo confirman las escasas plazas hoteleras, aún no ha alcanzado esta parte del océano.
EN AVIÓN
Desde Madrid y Barcelona hay viajes organizados que incluyen el vuelo en línea regular, ida y vuelta, y la estancia en hotel de tres estrellas. Siete días, desde unas 46.000 pesetas, a Madeira. Catorce días, algo más de 50.000. Más, evidentemente, si se elige un hotel de categoría superior. Una semana, también incluyendo el vuelo, en la isla de San Miguel de Azores sale por unas 60.000 pesetas. Existe la posibilidad desde Lisboa de hacer un circuito por tres islas -San Miguel, Faial y Terceira-, y no llega a las 50.000 pesetas, incluyendo los vuelos interinsulares y el alojamiento de ocho días. Todo lo organiza Viajes Abreu. Y para la información necesaria habrá que dirigirse a la Oficina de Turismo de Portugal, Gran Vía, 27, Madrid, teléfono 222 44 08.
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