Reformistas y suaristas preparan sus estrategias para la definitiva batalla por el espacio de centro
El próximo año marcará el definitivo reajuste en el espacio político de centro, hoy disputado principalmente por el Partido Reformista Democrático (PRD) y el Centro Democrático y Social (CDS), y en el que pululan algunos grupúsculos que tratarán de acabar integrándose en uno u otro de los grandes. Todo indica que la competición que se adivina próxima entre reformistas y suaristas desembocará en la definitiva separación o en un acercamiento entre ambos alrededor de finales de 1985. El PRD y el CDS preparan aceleradamente sus estrategias para, a lo largo de 1985, librar la batalla definitiva.
Esta batalla será la que sitúe a uno u otro en una posición preferente para hacerse con los votos que, al menos teóricamente, corresponderían al espacio político de centro en las próximas elecciones generales, y que en 1982 fueron a parar a conservadores o socialistas ante el desmoronamiento sufrido por UCD. Ambas estrategias alcanzarán su punto máximo en torno al mes de octubre, cuando el partido de Suárez celebre su congreso nacional y los reformistas sean los anfitriones, en Madrid, del congreso de la Internacional Liberal, que se celebrará en España con el inequívoco propósito de apoyar las pretensiones electorales de los hombres de Miquel Roca.Para colmo, octubre, el mes en que es prácticamente seguro que se celebren las elecciones autonómicas gallegas, supondrá una prueba casi definitiva para todas las fuerzas políticas en general, pero para el centro muy en particular. Los reformistas tienen puestas las máximas esperanzas en los resultados electorales que pueda obtener la Coalición Galega, incluida de hecho, aunque no jurídicamente, en la operación diseñada por Roca.
Por su parte, los hombres de Suárez tratan de afianzarse a toda costa en Galicia, donde todavía cuentan con una mínima implantación, sabedores de que su incomparecencia en estas nuevas elecciones autonómicas -tampoco lo hicieron en el País Vasco ni en Cataluña- les supondría un fuerte obstáculo en las generales que, tanto reformistas como suaristas calculan que sucederán en torno al mes de mayo de 1986.
Pocos motivos de optimismo
Pero tampoco Roca tiene excesivos motivos para el optimismo: la enfermedad del creador y motor de Coalición Galega, Eulogio Gómez Franqueira, supone un claro freno para las posibilidades de expansión del partido, que también tiene dificultades para encontrar un candidato idóneo a la presidencia de la Xunta, una vez que el ex director general de Pesca, Víctor Moro, parece resistirse a aceptar el ofrecimiento hecho en este sentido por Roca. Además, los sondeos siguen mostrándose claramente favorables a las posibilidades de Alianza Popular en la región, tanto si es Gerardo Fernández Albor quien encabeza la candidatura, como si se trata de otra figura aliancista.
La táctica empleada por reformistas y suaristas en los intentos de consolidación de sus respectivos partidos será inevitablemente semejante: el PRD celebrará, a lo largo del primer semestre de 1985, un total de 14 congresos regionales, además del congreso de las juventudes reformistas en abril. Adolfo Suárez, por su parte, continuará previsiblemente, una silenciosa labor de recorrer España, tratando de establecer nuevos comités locales que refuercen su militancia. Ambas formaciones prometen anunciar en breve espectaculares fichajes, que muestren la solidez de sus cuadros y su capacidad para gobernar. Tanto CDS como PRD celebrarán, a lo largo del año, diversas convenciones en torno a determinados problemas candentes de la actualidad española: la primera de ellas, del CDS, se realizará en enero y tratará de buscar nuevas soluciones para el proceso autonómico.
Los intentos de unificación de ambas formaciones centristas comenzaron hace ya meses y no parecen haber concluido aún, por más que el ex presidente Suárez asegure, en privado, que su intención es concurrir en solitario a las elecciones y en ningún caso hacer coaliciones.
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