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El congreso del partido en el gobierno

Los socialistas niegan que éste sea el congreso de la derechización

Un total de 50.000 militantes del PSOE han pasado, entre el Congreso socialista de 1981 y el actual, a ocupar cargos públicos en los diferentes ámbitos institucionales. El contacto directo con el poder es una circunstancia fundamental para entender las diferencias entre este 302 congreso con respecto al anterior. Madurez y responsabilidad son los vocablos más repetidos por los militantes veteranos cuando se les pide su impresión del mismo. Asimismo, la mayor parte de los delegados consultados por EL. PAIS, niegan que éste sea el congreso de la derechización.Así opina el portavoz socialista Pedro Bofill para quien "no hay cambio de fondo en los planteamientos económicos, no existe derechización, sino una diferencia entre meras formulaciones teóricas y los planteamientos reales". También Nicolás Redondo dijo que resultaría "simplista" hablar de derechización. "Tampoco voy a decir que haya habido un giro a la izquierda", admitió el secretario general de UGT, "pero creo que en la ponencia económica se advierte una mayor sensibilidad social". Por lo que se refiere a la OTAN, Redondo añadió: "Hay que ver si la posición de abandonarla representa la cultura de izquierda".

El veterano dirigente Francisco López Real considera "imposible que el partido pueda derechizarse" y se limita a alegar, como prueba, la anécdota de que Julián Besteiro, que fue representante del ala más moderada del PSOE, calificó de extrema derecha el pensamiento del líder de la extrema izquierda del laborismo británico Stafford Cripps.

Disciplina condicionada

En cambio, el líder de UGT-Banca, Justo Fernández, sí cree que, seguramente, ha habido un giro a la derecha desde el último congreso, aunque, en política económica, las cosas van a seguir igual". En el tema OTAN, a juicio de Fernández ha habido más discusión de la prevista, pero la solución, al final, "será la que ya estaba cantada". Este sindicalista considera que la disciplina interna está condicionada "por los cargos y los sueldos".

Alfonso Guerra, vicesecretario general afirma que éste es el congreso de la reflexión, la madurez y la responsabilidad. José Rodríguez de la Borbolla, secretario general de los socialistas andaluces, estima determinante el hecho de que la mayoría de los delegados tengan alguna responsabilidad en las instituciones, que se refleja en los "modos y comportamientos". Esta vez "no se ha ido a degüello hacia el discrepante, sino que ha existido una solidaridad más profunda".

José María Benegas, secretario general de los socialistas vascos, insiste en los conceptos de madurez y seriedad apuntados por el vicepresidente del Gobierno, fruto del conocimiento real de los problemas. Carlos López Riaño, diputado por Madrid y destacado miembro de la corriente Izquierda Socialista, destaca de este congreso el que, por primera vez, se haya dado una presencia "influyente y decisiva" de los hombres de UGT. Existe para López Riaño una mayor pluralidad de posiciones y destaca la ausencia de confrontación personal como sí ocurrió en anteriores congresos.

Joaquín Leguina, secretario general de la Federación Socialista Madrileña, habla de madurez y responsabilidad al tiempo que de "contención". A su juicio, esta contención ha restado vivacidad al partido.

Ausencia de debate doctrina

Para Juan José Laborda, portavoz del Grupo Socialista en el Senado, destaca la ausencia en este congreso de debates doctrinales e ideológicos, para pasar a discutir problemas concretos.

Esta circunstancia ha sido evidente en las ponencias de política y estrategia, donde resultó fácil llegar al consenso. Todo lo contrario a lo ocurrido en la económica y en la de superación de las desigualdades. Para Laborda estos hechos vienen a demostrar una opinión suya sobre la compleja distribución del poder que "ya no está en los partidos, circunstancia que estamos viendo los socialistas, una vez en el poder".

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