Exaltación patrótica y 87 millones de pesetas en taquilla

Récord en taquilla con 87 millones de pesetas, largas colas, teléfonos del club colapsados, funcionarios trabajando a tope, tráfico intenso, asistencia de altos cargos de la vida política, social, cultural, artística y, naturalmente, deportiva. Estuvo incluso el secretario de Estado para el Deporte, Romá Cuyàs, quien dijo: "A lo mejor me aficiono a este deporte con partidos así". Miquel Roca, el político catalán inspirador del Partido Reformista Democrático, estuvo en la grada "para animar al Madrid". El 6-1 encontró motivos hasta para la exaltación patriótica y avivar viejas rivalidades.Luis de Carlos, el presidente del Madrid, dijo: "Gracias a España porque tengo noticias de que en casi todos los campos se han aplaudido como propios los goles del Madrid. ¿Menos en el Camp Nou? He dicho gracias a España". Vicente Calderón, su colega del Atlético, parecia un merengue más: "Con partidos así se hace patria".

Los dos veteranos presidentes de los clubes madrileños también coincidieron en una afirmación: "Se ha comprobado la fuerza del fútbol. Pocos espectáculos deportivos son capaces de congregar la masa de espectadores que han acudido esta noche al Bernabéu. Ha sido algo maravilloso".

Entre madridistas siguió el juego con el presidente del Congreso, Gregorio Peces Barba, que volvió a confirmar sus excelentes cualidades como crítico deportivo: le gusta Butragueño e indicó que "por vez primera el Madrid ha hecho el partido con el espíritu ofensivo que cabe esperar de una plantilla excelente".

La historia secreta de los entresijos de la eliminatoria posiblemente pueda contarse algún día. Una intrahistoria difícilmente revelable justo desde el momento en que la máquina organizativa del Anderlecht conoce que el rival que le corresponde es el Madrid y, poco después, con prontitud, averigua que en el partido de vuelta arbitrará un colegiado de reconocido prestigio, como el francés Vautrot. ¿Hubo anoche un solo delegado, federativo, el oficial, el escocés que mandó la UEFA? ¿O, quizá, algún otro oficioso y desconocido?

Han sido las secuelas entre bastidores, al margen de las comidas de hermandad y largas sonrisas y de dos arbitrajes anteriores negativos, el del belga Schoeters, en el Bernabéu, contra el Rijeka y el del alemán Roth, en el Park Astrid de Bruselas, contra el Madrid. Los seis goles blancos de anoche no dejaron finalmente lugar a presuntas actuaciones de espionaje. Nadie se fía de nadie en el fútbol europeo.