Con el miedo en los talones, el día después, claro
La sesión de ayer confirmó las esperanzas de los operadores a la baja, que se frotaban las manos de gusto ante el descalabro general del mercado, mientras que los más científicos llegaron a entender sólo una parte de la película que se visionó en la plaza de la Lealtad.Parece inevitable que el anuncio de que una entidad como el Hispano Americano no vaya a repartir dividendo signifique un descenso en la cotización de la sociedad, ya que su rentabilidad desciende automáticamente. Lo que ya se entiende menos es que el nerviosismo de los especuladores arrastre a la baja a otras sociedades que nada tienen que ver con este filme.
El test del 137% que describían los gráficos, en todo caso, fue ampliamente superado por el índice general, que se situó en 135,13%, después de perder 3,18 puntos en el día y 7,92 puntos en la semana. Ahora sólo queda por ver si los chartistas del pánico, aquellos que vienen defendiendo una bajada hasta el 132%, tienen razón y ese es el límite del año. Otros operadores, sin embargo, estaban dispuestos a apostar que la cota de hoy marcará el mínimo hasta el 31 de diciembre.
Esa actitud más positiva no sirvió, sin embargo, a primeras horas de la mañana, cuando los valores eléctricos abrieron la sesión a pecho descubierto, encontrándose al toro de frente y sin afeitar. El miedo se tradujo en una pérdida de 7,48 puntos. Pero las cosas se fueron, serenando, y los más audaces o los mejor informados trocaron espadas por cañas y, al finalizar la contratación, todos andaban en busca de papel eléctrico, que fue literamente barrido por los tiburones.
Lo cierto es que a pesar de que subsisten las interrogantes de días atrás sobre la actitud que adoptará la Administración ante la guerra de guerrillas desatada por las sociedades en el tema de las ventas de activos, con el descenso de precio que han registrado estos valores a lo largo de la semana (en conjunto han bajado un 15,50%), su rentabilidad ha aumentado, y en estos momentos se sitúa en torno al 18,5%. Un dato que servirá de poco a los especuladores, pero que debe de estar bien presente en los inversores.
Los bancos, lógicamente, estaban protagonizando entre bambalinas toda la contratación de ayer. El saldo, vendedor por supuesto, se situó en poco más de un millón de títulos, de los que más de la mitad correspondían al Hispano Americano. Bueno, las lenguas viperinas habían pronosticado que esta entidad cosecharía ayer un millón de acciones en busca de comprador. Pero quizá se impuso la sensatez y algunos no olvidaron que el tercer banco del país obtuvo unos resultados de explotación de 25.000 millones de pesetas.
El balance de la situación, sin embargo, no es positivo. Los analistas consideran que esta limpieza general debe servir para dar mayor firmeza al mercado, ya que muchos especuladores se mantendrán al margen mientras que las aguas no estén más tranquilas.
Pero tampoco hay que olvidar las órdenes vendedoras de provincias, que siempre llegan tarde y desgraciadamente, en muchas
ocasiones, cuando la tendencia ya se ha invertido. Habrá que pasar los primeros días de la próxima semana con los dedos cruzados.
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