El exilio republicano
Todos nos congratulamos de la vuelta a España de María Zambrano. Sin embargo, los comentarios que he podido leer estos días en la Prensa de que con ella "se ha terminado el exilio" me mueven, como presidente de la asociación de Amigos de los Antiguos Refugiados Españoles (AARE), a precisar que no es del todo así. En un artículo aparecido en EL PAIS el pasado día 21 de noviembre señala con acierto Juan Marichal: "No puedo dejar de recordar que hay todavía en algunos países, particularmente en Francia, centenares de españoles olvidados, exiliados humildes...". Y así es, en efecto. Se trata de unos pocos cientos de ancianos que viven una vejez difícil, económica y emocionalmente, que necesitan ayuda y que en ocasiones no obtienen más que la que nuestra asociación logra prestarles. Aunque teóricamente pueden regresar a España, en la práctica ese regreso no resulta factible. El exilio ha roto sus vínculos con sus lugares de procedencia, de los que sus contemporáneos o han emigrado o han fallecido ya, y ha creado otros nuevos con sus actuales vecinos, que en muchos casos se ocupan de ellos. A su edad no pueden iniciar una nueva vida en España, que no es ya la que dejaron y a la que, a diferencia de los intelectuales o profesionales exíliados, poco tienen que aportar. Por ello aprovecho esta ocasión alegre del regreso de María Zambrano para recordar la existencia de estos otros ancianos españoles a los que la AARE trata de ayudar porque, desgraciadamente, el exilio no terminará hasta que nos abandonen las generaciones que vivieron aquellos años- Presidente Amigos de los Antiguos Refugiados Españoles.
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