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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Mariana Pineda, una de 'buenos y malos'

La próxima semana se estrena una serie de cinco capítulos sobre 'la heroína de la libertad'

"Estoy convencido de que va a ser un éxito impresionante porque es una serie comercial, una película de aventuras, con buenos y malos sobre un fondo romántico, y además ganan los malos", afirma Germán Cobos, uno de los protagonistas de Mariana Pineda, la nueva serie que Televisión Española estrena la próxima semana. Esta seguridad del actor puede ser la clave para interpretar, aunque sea por reducción, las características de este producto que no renuncia a ser popular.Germán Cobos interpreta a Ramón Pedrosa, antagonista de la heroína de la libertad que encama Pepa Flores, subdelegado principal de Policía, alcalde del Crimen de la Real Chancillería y desde 1831 alcalde de Casa y Corte, comisionado, por orden, de Fernando VII, para las causas por conspiración contra la seguridad del Estado y los derechos del trono. Es, por ello, enemigo público número uno de Mariana Pineda.

El juez Pedrosa, cosa de piedra indica el apellido, pasó a la historia como verdugo de la libertad, hipócrita sanguinario, el que más turbó el sosiego de los granadinos y arrebató su tranquilidad, como recuerda Antonina Rodrigo, autora de Mariana de Pineda, heroína de la libertad, cuya séptima edición acaba de publicarse.

"Creo que es la primera vez que interpreto en cine a un hijoputa. Siempre he hecho de bueno, de galán. Mi personaje representa la represión. Pienso, en este sentido, que Pedrosa es honesto porque cree que se necesita mano dura, está convencido de la bondad del sistema represivo y, por otra parte, como es habitual con tipos así, es un ser despreciable, ambicioso y trepa, Los conflictos que presenta la serie son universales y actuales. Hijoputas como Pedrosa hay a barullo hoy día. La derecha cerril española haría ahora lo que él hizo entonces", dice su intérprete, que se afeitó el pasado martes la barba para que la gente no le reconozca y no le mire en el metro, "porque yo lo paso muy mal cuando me identifican".

Respecto al personaje de su compañera en el reparto, Pepa Flores -que no concede entrevistas porque, según dicen en la productora, siempre se acaba preguntando por su vida privada o por sus ideas políticas-, añade el actor: "Lo que yo me pregunto es si Mariana Pineda era consciente de que lo que estaba haciendo era una heroicidad. Era una mujer extraordinaria y Pepa lo hace de maravilla. Lo que está clarísimo es que a Mariana Pineda la utilizaron". Televisión tasó este trabajo de Pepa Flores'en "hasta 8 millones de pesetas".

Un 'malo' logrado

Rafael Moreno Alba, el director, autor del telefilme español de más éxito de audiencia en los últimos años, Los gozos y las sombras, cita aquello que dijo Hitchcock: si el malo de una película está conseguido, entonces es una buena película. La serie se parece también a las películas del género policiaco; Pedrosa es un policía eficaz, como el malo de Orson Welles en Sed de mal, condena con pruebas falsas porque está convencido de la culpabilidad de las víctimas. Moreno Alba sabe cómo funcionan estos recursos del relato: el propio Carlos Larrañaga dijo un día por TVE que su Juan Aldán, en Los gozos, era más malo, más eficaz y más nuestro que el JR de Dallas.

El tratamiento que se da al personaje de'Mariana Pineda es, cuenta el director, contrario al mito de Carmen, a la visión de la mujer española que dieron Meriinée y Stendhal, porque, es un mito falso. "Tampoco tiene nada que ver con la Mariana Pineda de Federico García Lorca, una especie de Julíeta sin Romeo, una mujer que muere de amor. Mariana Pineda era una romántica sin saberlo. Los románticos sólo podían ser liberales, porque necesitaban la libertad para alcanzar su destino. Mariana profesa la libertad y muere por ese ideal".

Fue el 26 de mayo de 1831 cuando Man*ana Pineda fue ajusticiada en Granada -con el más noble de los tres rituales que contemplaba la ejecución a garrote- porque se encontró en su casa una bandera a medio bordar con las palabras "igualdad, libertad y ley", lema de los liberales granadinos. Se vivía en el octavo año del reinado absolutista de Fernando VII y 1831 fue su año más impío. "La península goza de perfecta paz", se escribió en La gaceta,para dar cuenta oficial de la ejecución de Mariana Pineda, sentencia que sirve de cierre a la serie.

"Al contrario de las heroínas de tres películas paralelas, Tosca, de Renoir, interpretada por Imperio Argentina; Vanina Vanini, de Rosellini, y Senso, de Visconti, Mariana Pineda no entrega a la, justicia a sus compañeros revolucionarios para salvar al amante. Mariana guarda silencio para salvar a los conspiradores" prosigue el director. "Esta es la gran diferencia que tiene el español ante la muerte. La vida y la muerte de Mariana demuestran, como enseña la historia, que en un país donde no había libertad, había sin embargo muchas personas libres. En la época que trata la serie, las universidades estaban cerradas, no había más Prensa que el Boletín Oficial del Estado, y estaban censurados poemas y versos. Porque la libertad se perseguía en la cultura, que e¡ el primer principio de la tiranía. Granada era entonces una de las ciudades más cultas y más europeas de España".

Carmen Icaza, la productora y coautora de guión y diálogos, hubiera deseado que la serie se estrenara coincidiendo con el quinto aniversario de nuestra Constitución. El vestuario tuvo que ser confeccionado expresamente para la serie porque las firmas españolas que trabajan para la industria del cine no disponían de él, ya que al parecer, nunca se trató esta época. Guiones y diálogos fueron revisados por Emilio Romero y posteriormente reelaborados por el director y Carmen Icaza. La serie consta de cinco episodios rodados en 35 milímetros (aunque el contrato con TVE estipulaba soporte de 16 milímetros) con un presupuesto de 163 millones de pesetas, abonados íntegramente por RTVE, incluido el 15% de beneficio industrial que correponde al productor.

J. R. PÉREZ ORNIA Madrid

"Estoy convencido de que va a ser un éxito impresionante porque es una serie comercial, una película de aventuras, con buenos y malos sobre un fondo romántico, y además ganan los malos", afirma Germán Cobos, uno de los protagonistas de Mariana Pineda, la nueva serie que Televisión Española estrena la próxima semana. Esta seguridad del actor puede ser la clave para interpretar, aunque sea por reducción, las características de este producto que no renuncia a ser popular.

Germán Cobos interpreta a Ramón Pedrosa, antagonista de la heroína de la libertad que encama Pepa Flores, subdelegado principal de Policía, alcalde del Crimen de la Real Chancillería y desde 1831 alcalde de Casa y Corte, comisionado, por orden, de Fernando VII, para las causas por conspiración contra la seguridad del Estado y los derechos del trono. Es, por ello, enemigo público número uno de Mariana Pineda.

El juez Pedrosa, cosa de piedra indica el apellido, pasó a la historia como verdugo de la libertad, hipócrita sanguinario, el que más turbó el sosiego de los granadinos y arrebató su tranquilidad, como recuerda Antonina Rodrigo, autora de Mariana de Pineda, heroína de la libertad, cuya séptima edición acaba de publicarse.

"Creo que es la primera vez que interpreto en cine a un hijoputa. Siempre he hecho de bueno, de galán. Mi personaje representa la represión. Pienso, en este sentido, que Pedrosa es honesto porque cree que se necesita mano dura, está convencido de la bondad del sistema represivo y, por otra parte, como es habitual con tipos así, es un ser despreciable, ambicioso y trepa, Los conflictos que presenta la serie son universales y actuales. Hijoputas como Pedrosa hay a barullo hoy día. La derecha cerril española haría ahora lo que él hizo entonces", dice su intérprete, que se afeitó el pasado martes la barba para que la gente no le reconozca y no le mire en el metro, "porque yo lo paso muy mal cuando me identifican".

Respecto al personaje de su compañera en el reparto, Pepa Flores -que no concede entrevistas porque, según dicen en la productora, siempre se acaba preguntando por su vida privada o por sus ideas políticas-, añade el actor: "Lo que yo me pregunto es si Mariana Pineda era consciente de que lo que estaba haciendo era una heroicidad. Era una mujer extraordinaria y Pepa lo hace de maravilla. Lo que está clarísimo es que a Mariana Pineda la utilizaron". Televisión tasó este trabajo de Pepa Flores'en "hasta 8 millones de pesetas".

Un 'malo' logrado

Rafael Moreno Alba, el director, autor del telefilme español de más éxito de audiencia en los últimos años, Los gozos y las sombras, cita aquello que dijo Hitchcock: si el malo de una película está conseguido, entonces es una buena película. La serie se parece también a las películas del género policiaco; Pedrosa es un policía eficaz, como el malo de Orson Welles en Sed de mal, condena con pruebas falsas porque está convencido de la culpabilidad de las víctimas. Moreno Alba sabe cómo funcionan estos recursos del relato: el propio Carlos Larrañaga dijo un día por TVE que su Juan Aldán, en Los gozos, era más malo, más eficaz y más nuestro que el JR de Dallas.

El tratamiento que se da al personaje de'Mariana Pineda es, cuenta el director, contrario al mito de Carmen, a la visión de la mujer española que dieron Meriinée y Stendhal, porque, es un mito falso. "Tampoco tiene nada que ver con la Mariana Pineda de Federico García Lorca, una especie de Julíeta sin Romeo, una mujer que muere de amor. Mariana Pineda era una romántica sin saberlo. Los románticos sólo podían ser liberales, porque necesitaban la libertad para alcanzar su destino. Mariana profesa la libertad y muere por ese ideal".

Fue el 26 de mayo de 1831 cuando Man*ana Pineda fue ajusticiada en Granada -con el más noble de los tres rituales que contemplaba la ejecución a garrote- porque se encontró en su casa una bandera a medio bordar con las palabras "igualdad, libertad y ley", lema de los liberales granadinos. Se vivía en el octavo año del reinado absolutista de Fernando VII y 1831 fue su año más impío. "La península goza de perfecta paz", se escribió en La gaceta,para dar cuenta oficial de la ejecución de Mariana Pineda, sentencia que sirve de cierre a la serie.

"Al contrario de las heroínas de tres películas paralelas, Tosca, de Renoir, interpretada por Imperio Argentina; Vanina Vanini, de Rosellini, y Senso, de Visconti, Mariana Pineda no entrega a la, justicia a sus compañeros revolucionarios para salvar al amante. Mariana guarda silencio para salvar a los conspiradores" prosigue el director. "Esta es la gran diferencia que tiene el español ante la muerte. La vida y la muerte de Mariana demuestran, como enseña la historia, que en un país donde no había libertad, había sin embargo muchas personas libres. En la época que trata la serie, las universidades estaban cerradas, no había más Prensa que el Boletín Oficial del Estado, y estaban censurados poemas y versos. Porque la libertad se perseguía en la cultura, que e¡ el primer principio de la tiranía. Granada era entonces una de las ciudades más cultas y más europeas de España".

Carmen Icaza, la productora y coautora de guión y diálogos, hubiera deseado que la serie se estrenara coincidiendo con el quinto aniversario de nuestra Constitución. El vestuario tuvo que ser confeccionado expresamente para la serie porque las firmas españolas que trabajan para la industria del cine no disponían de él, ya que al parecer, nunca se trató esta época. Guiones y diálogos fueron revisados por Emilio Romero y posteriormente reelaborados por el director y Carmen Icaza. La serie consta de cinco episodios rodados en 35 milímetros (aunque el contrato con TVE estipulaba soporte de 16 milímetros) con un presupuesto de 163 millones de pesetas, abonados íntegramente por RTVE, incluido el 15% de beneficio industrial que correponde al productor.

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