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ANDALUCÍA

Construcción de un millar de viviendas para rehabilitar el casco histórico de Sevilla

La Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla tratan de poner en marcha un plan de rehabilitación del casco histórico de Sevilla, uno de los principales de Europa, mediante la construcción en el mismo de cerca de un millar de viviendas de protección oficial. El casco histórico de Sevilla ha dividido por dos su población en los últimos 20 años, mientras que, por el contrario, el número total de habitantes de la ciudad se ha duplicado con la creación de sucesivos cinturones concéntricos.

La importancia del casco histórico de Sevilla es consecuencia natural del pasado esplendoroso de la ciudad, que en los siglos XVI y XVII fue capital cultural y económica del mayor imperio del mundo. Lo que hoy queda de aquello es un enorme centro histórico, de 7,5 kilómetros de perímetro, en el que alternan espléndidos edificios históricos con solares vacíos, casas en ruinas de las que apenas queda la fachada y edificaciones nuevas cuyo diseño está en clara desarmonía con el conjunto. Todo ello en el marco de un trazado de callejuelas propio de hace tres siglos, con calles estrechas, tortuosas, que presentan un verdadero tormento para el automovilista.La ruina progresiva de las casas del casco antiguo, la incomodidad del tráfico y las legislaciones de los últimos años, que han tratado de erradicar del centro las actividades industriales o molestas, han dejado el centro reducido al sector terciario, ocupado por comercios y bancos y vacío, por tanto, a partir del atardecer. Los datos son claros: en el año 1960 el casco histórico de Sevilla tenía 120.000 habitantes; ahora tiene exactamente la mitad. En ese tiempo, el total de la ciudad ha doblado su población, con la creación de sucesivos cinturones concéntricos, algunos de ellos de muy baja calidad de vida, ejemplos perfectos de especulación desarrollista, de acumulación de viviendas sin los servicios imprescindibles, de creación de un marco desagradable para la vida. Mientras en el casco histórico quedan 25.000 viviendas habitables junto a 6.000 en estado de ruina y un buen número de solares, antiguo soporte de una casa que se vino abajo por falta de cuidados.

La Consejería de Política Territorial y el ayuntamiento han firmado un convenio para la construcción de 1.346 viviendas de protección oficial, de las que cerca del millar se construirán en el casco histórico. El coste de la operación es de 4.200 millones, y a través de esta cantidad se financiará la adquisición de viviendas, cuyo precio oscilará en torno a los 3.500.000 pesetas, mediante créditos a 25 años y al 5%.

La recuperación del casco histórico ha sido preocupación también de la iniciativa privada, y concretamente de un grupo ligado con la aristocracia de la ciudad, que intentó una empresa de cierta envergadura mediante la compra de solares y edificios históricos y la creación de una promotora, Prosevilla, especializada en hacerlos rehabilitables desde posiciones de partida de respeto al marco histórico y cultural en que construían. Desgraciadamente, la respuesta a su iniciativa no fue lo bastante fuerte como para permitir que la operación resultara rentable económicamente, y la iniciativa está por el momento muerta.

La consecuencia más llamativa de este intento es la rehabilitación del llamado Corral del Conde, que inició Prosevilla y terminó otra constructora. Se trata de un antiguo corral, patio de vecindad después, y desalojado finalmente por ruina.

Pero aún esta forma de intervenir en el casco antiguo obtiene críticas por parte de quienes piensan que con ello se va alterando el espectro sociológico del centro, del que va siendo expulsada una población castiza para, en su lugar, implantar otra hecha de profesionales liberales con un nivel económico suficiente como para pagar el plus de paisaje urbano que, a igualdad de espacio habitable, cuesta vivir en el centro.

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