_
_
_
_

El deporte también mata

Enfermedades coronarias y dietas rigurosas exigen control médico

Un corredor murió en la maratón de Nueva York, celebrada el domingo pasado. Las estadísticas dicen que en algún lugar de la Tierra muere uno cada dos meses. En el mundo hay 25 millones de corredores. Eso supone un porcentaje del 0,00002% de muertes al año. A pesar del escaso tributo, la vida humana es tan valiosa que ha merecido profundos estudios. El poner fin a una existencia como culminación de un esfuerzo físico puede llegar a evitarse porque ya se conocen los primeros factores de riesgo: las enfermedades coronarías y las dietas rigurosas.

La práctica de cualquier deporte no tiene por qué conllevar una pérdida de salud, y mucho menos conducirla hasta límites extremos, como es la muerte. Al contrario, su finalidad es la de contribuir a que el individuo se encuentre más saludable. Una persona adulta, en condiciones normales, está capacitada orgánicamente para practicar el deporte que prefiera por duro que sea. La resistencia le vendrá dada por los entrenamientos. Lo único que tiene que hacer antes es asegurarse de que los factores de riesgo que toda actividad física supone a él no le afectarán.Estos factores de riesgo comienzan con las enfermedades coronarias. Según del tipo que sean, la práctica del deporte, total o parcialmente, le podrá estar contraindicada al individuo enfermo. Mientras un esfuerzo suave y progresivo puede favorecer a un corazón lastimado, otro tipo de actividad que sea de carácter violento y prolongado puede llegar a significar su paralización.

El médico es quien puede determinar la existencia de una enfermedad coronaría y, en su caso, fijar la actividad recomendable. Los doctores Virmani, Robinowitz y McAllister, según publican en The American Journal of Medicine, realizaron un total de 30 necropsias a deportistas que habían fallecido en los últimos años y llegaron a la conclusión de que en 26 casos había antecedentes de enfermedades coronarías. La muerte se podría haber evitado si antes alguien les hubiese advertido qué tipo de esfuerzos les eran contraindicados.

No obstante, la medicina convencional no tiene en su poder la verdad absoluta sobre lo que le espera al corazón. En las historias clínicas de los 30 individuos necropsiados aparecieron nueve electrocardiogramas, y cinco de ellos no presentaban anormalidades.

Pese a los antecedentes coronarios de la mayoría de las víctimas, el grupo de doctores no pudo establecer en siete casos la causa de la muerte. El corazón se les había parado, pero no encontraron la razón. La nebulosa la despejó posteriormente el doctor Bassler, que revisó las causas de fallecimiento en corredores de maratón y aportó un nuevo dato: tan peligroso es hacer deporte siendo portador de una enfermedad coronaría como el realizar esfuerzos prolongados cuando el organismo se encuentra desnutrido. A las enfermedades del corazón como primer factor de riesgo para la práctica del deporte se añadía ahora la realización de una dieta rigurosa.

Los alimentos básicos

El doctor Bassler llega a la conclusión de que "las víctimas cuyo fallecimiento se había relacionado con cardiopatías isquémicas, en general correspondían a infartos agudos de miocardio en individuos fumadores". Las demás muertes las asocia con peligrosas restricciones dietéticas, recomendadas por profesionales de la salud. Hacer una restricción de alimentos básicos con la finalidad de adelgazar suponía, por tanto, el mismo riesgo que hacer deporte con un corazón dañado. En la mayoría de los casos, el doctor Bassler descubrió que las víctimas habían dejado de tomar cinco o más de los nueve alimentos básicos del hombre.

Bassler, en The Lancet, presenta 12 casos de necropsias en los que no existió evidencia clínica de infarto de miocardio. Explica que en un caso la víctima había utilizado un diurético, y en los restantes se había realizado restricción dietética. La evaluación se registra en una escala de cero a 10. Sobre una lista estándar de nueve alimentos, se asigna un punto por cada uno (carne de vacuno, leche, huevos, otras proteínas animales, aceite vegetal, sal, azúcar, alcohol y cafeína), añadiéndose otro punto cuando se efectúa una suplementación regular con salvado de cereal.

Afirma el doctor Bassler que "una puntuación dietética de cinco o más puede resultar letal a largo plazo en corredores de grandes distancias", lo que también se puede aplicar a deportistas que realicen esfuerzos prolongados, máxime si no están bien entrenados. En sus análisis, algunas de las víctimas presentaban pérdidas de peso que oscilaban entre los 11 y 30 kilos a causa de la dieta seguida. De esta manera, los riesgos de una dieta en la persona que practica deporte se igualan a los que pueden ocasionar las enfermedades coronarías.

La grasa, fundamental

El doctor Andrés Chudoba, checoslovaco afincado en España y practicante de la carrera a pie, apoya la tesis de su colega Bassler. Además, observa tres características comunes en los corredores aficionados, que, si bien pueden ser consideradas normales entre los atletas de elite, sí pueden ser preocupantes en quienes han llegado a la práctica deportiva tarde y, consiguientemente, sin una base física adecuada. Éstas son la delgadez, la dieta y el elevado kilometraje semanal (100 kilómetros).

Todo esto provoca unas cifras muy bajas de grasa corporal, que se sitúa en el 7,5% del peso total en corredores de fondo. Este porcentaje supone aproximadamente un 9% menos que en hombres normalmente activos de la misma edad. A este respecto, el doctor Chudoba dice: "Un corredor se ve obligado a quemar grasas para tener energía, y si a esto se le añade de que muchos deportistas hacen dietas restrictivas, cuyo resulwtado es privar al organismo de alimentos necesarios para el funcionamiento de las distintas del cuerpo, tenemos ante nosotros un panorama preopante por lo menos. Para terminar de ensombrecerlo están los altos kilometrajes realizados por muchos corredores, que cumplen con una jornada laboral ya de por sí agotadora. ¿Cuántas muertes ocurridas durante la carrera, o poco tiempo después, son realmente consecuencia de un mal funcionamiento de uno o varios, órganos del cuerpo, debido a la falta de grasas suficientes para realizar normalmente su trabajo en condiciones de esfuerzo?"

El doctor Chudoba señala que, "dejando aparte un cuarto factor importantísimo, como es la cantidad de sueño, vemos cómo la coincidencia de estos factores en un deportista pueden llevarle a una situación amenazante para su salud". Por ello apela al sentido común del deportista, que no ha de renunciar a ninguna actividad por temor a poner en peligro su salud, pero siempre que elimine todos los factores de riesgo señalados.

Campañas publicitarias

Antonio Postigo, profesor de educación física, entrenador de atletismo y corredor de maratón, expone que los peligros a los que se encuentra sometido el deportista obeceden a que, "de una sociedad típicamente sedentaria, donde el ejercicio estaba relegado a una minoría, hemos pasado en muy poco espacio de tiempo a un entusiasmo general por la actividad física. Hasta tal punto que la Administración, a través de campañas publicitarias -"Vive Deportivamente", "Contamos Cont¡go" y "Empieza Corriendo"-, ha animado más que informado y ha impulsado más que educado. Consecuencia de esto es la actual moda de hacer deporte sin antes haberse planteado el hecho deportivo como tradición cultural. A esta situación debemos añadir, al mismo tiempo, la obsesión existente por la dieta alimenticia".

Postigo reconoce que "la unión de estas dos modas (deporte y dieta) nos ha llevado a médicos y entrenadores a pensar que, a mayor entrenamiento y menor peso corporal, mejores resultados atléticos. Así se ha destacado el físico del corredor de fondo, poniéndole como ejemplo al atleta aficionado, llegando incluso a decir que eso era saludable, cuando para la salud de éste lo más indicado es no variar radicalmente su constitución física".

La carrera a pie, según Postigo, debe aproximar resultados deportivos y salud corporal: "Es fundamental reconducir a los corredores a una alimentación sana y tradicional y a entrenamientos racionales que posibiliten una mejora, pero nunca su destrucción como ser humano".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_