Con Benedetti

El artículo en el que Mario Benedetti anunciaba el fin de su asidua colaboración en este periódico -y, si no entendí mal, de toda colaboración en la Prensa española-, exponiendo las razones que le han llevado a ello, me conmovió profundamente. Deseo hacerle llegar, desde este mismo diario, un mensaje de aliento y de solidaridad. Benedetti sabe que el posible silencio de muchos no significa asentimiento a la actitud áspera y hostil de sus críticos. No quiero arrogarme representatividades que no tengo, pero estoy seguro de que en este país somos multitud los que compartimos su posición lúcida y coherente sobre América Latina y sobre los grandes problemas de la libertad en el mundo actual.Del mismo modo, creo que también somos multitud los que jamás aceptaremos que se pueda considerar como extranjeros en España a los que, como Mario Benedetti, han luchado y luchan por la libertad en los países hermanos de América Latina. Es posible que a veces no estemos, en Cuanto a la solidaridad, a la altura de nuestras responsabilidades. Pero esto no debe confundirse con la aceptación de las actitudes excluyentes de sus críticos.ç

La solidaridad es un concepto demasiado hermoso como para dejar que unos cuantos lo perviertan. Espero que este modesto testimonio personal contribuya a dejar las cosas en su sitio.

Barcelona.