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INVERSIONES

Un corte para una posición larga que alivia el miedo

Los especuladores españoles no pueden acceder a los mercados de futuros excepto en el caso de aquellas empresas que acudan a operaciones de cobertura de los riesgos propios a las fluctuaciones de precios. La Administración vigila estas actividades a través de autorizaciones puntuales de exportación de divisas para cada caso concreto. Con la entrada de España en la Comunidad Económica Europea, la inevitable, aunque dilatada en el tiempo, liberalización del movimiento de capitales deberá cambiar todo, y los particulares podrán acceder a este mercado prohibido.Pero, por ahora, prosiguen las limitaciones de los operadores españoles. A pesar de que no existe una legislación propiamente dicha, sino que todo se mueve más por la práctica y el dejar hacer oficial, lo cierto es que nadie parece haber presionado para clarificar la situación. En la actualidad, las materias primas más negociadas por los españoles son la soja (habas, aceite y harina), algodón, cacao, maíz, oro, plata, cobre, estaño y plomo. Menos importancia tienen el zinc, linaza, copra o el sorgo. El resto no ha recibido autorizaciones o, en el caso afirmativo, como el azúcar, ha sido de forma anecdótica y no continuada.

Una operación de cobertura consiste en tomar una posición en el mercado de futuros contraria a la adoptada en el mercado de físicos. Quizá un ejemplo sirva para clarificar el proceso. Un empresario dispone de un stock de un determinado producto, por lo que se encuentra en una posición larga en el mercado de físicos y corre el peligro de que el precio descienda próximamente. Para evitar ese riesgo vende un contrato en el mercado de futuros, por lo que se sitúa aquí en una posición corta y asegura así un determinado precio a esta mercancía. Los técnicos denominan a este tipo de operaciones de cobertura corta.

Al éxito por la base

Por el contrario, si un molturador de grano, por ejemplo, contrae una serie de compromisos para suministrar determinada cantidad de trigo a un consorcio panadero, se hallaría inmediatamente en una situación corta en el mercado de fisicos y debería realizar una operación de compra en el de futuros, es decir, tomaría una posición larga en dicho mercado. Con ello podría asegurar al trigo que debe suministrar un precio máximo de coste. Ésta sería una cobertura larga.

Los expertos señalan que la clave del éxito en una operación de cobertura radica en el acierto con el que se establezca la base, es decir, la diferencia existente, para un producto determinado, entre la cotización de un contrato de futuros (normalmente se toma la cotización del mes de entrega más inmediata) y el precio del mercado de físicos.

En definitiva, cuando un empresario ejerce una acción de cobertura renuncia de hecho a unas posibles ganancias especulativas en favor de una especie de seguro a todo riesgo. La posibilidad de que los precios evolucionen en favor de la posición adoptada en el mercado entraña un riesgo que muchos empresarios no quieren, y posiblemente no deben, asumir.

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