Un caballo para engendrar campeones
El semental 'El País' tiene ofertas de compra por valor de 50 millones de pesetas
El País, pese a llevar tan sólo dos años ejerciendo como semental en la Yeguada Militar de Lore-Toki, ha despertado un interés sin parangón alguno entre los criadores españoles y extranjeros, como la de muestra la oferta de 50 millones de pesetas recibida para su compra por parte de un grupo financiero francés. Un total de 55 yeguas han viajado en este corto período de tiempo a la yeguada guipuzcoana para someterse al salto amoroso del caballo que fue triple vencedor en el Gran Premio de Madrid. En la pasada primavera 17 de estas yeguas engendraron hijos de El País, mientras que otras 24 aguardan los plazos de la naturaleza para dar vida a la segunda generación de este caballo, que en la actualidad tiene siete años.
Las carreras de caballos tienen el encanto de premiar eternamente a los grandes campeones. Los ejemplares que demuestran ser los mejores en los hipódromos gozan del privilegio de expandir su especie por los cinco continentes. Salvo raras ocasiones, los campeones engendran campeones, y éstos mejoran sucesivamente a sus predecesores.
El País es uno de estos casos. Cuando llegó a España en 1980 su origen no era muy apreciado en el Reino Unido; por ello, Ramón Mendoza pudo comprarlo por tan sólo 800.000 pesetas. En el mercado británico, High Line, su padre, había sido menospreciado repetidas veces por los criadores, y sólo el empeño y la devoción de su propietario, Barnett, hicieron posible su continuidad en la yeguada. Finalmente, de cobrar 500 libras por cada cubrición (unas 125.000 pesetas) pasó a percibir unas 20.000 libras, equivalentes a cinco millones de pesetas.
Este vuelco mercantil vino dado por la inesperada efervescencia de su nombre en las grandes carreras europeas. Coincidiendo con los triunfos de El País en España, numerosos hermanos suyos inscribieron sus nombres en las más ilustres carreras británicas. Master Willie, por ejemplo, terminó segundo en el Derby de Epsom y ganó la Coronation Cup, una clásica codiciada por los grandes magnates del mundo de los caballos. Nicholas Bill, Heighlin y Centroline hicieron comprender a los criadores europeos que el éxito de High Line como padre no era una casualidad.
Barnett, que había presentado año tras año a sus mejores yeguas al desvalorizado semental, no pudo paladear el sabor del triunfo, al fallecer en 1981. Dos años antes había vendido en las populares subastas de Newmarket (Reino Unido) a Filiform, la madre de El País, a unos criadores franceses. El humilde emporio de Barnett fue disputado meses después de su muerte a golpe de millones por todas las yeguadas europeas. En muy poco tiempo High Line se revalorizó como por arte de magia y sus hijos se proyectaron hacia todos los países hípicamente desarrollados.
Los americanos se llevaron a Master Willie para que comenzase su historia reproductora. Italia se hizo con Il Cioco y Tofana, en tanto que los ingleses se conformaron con retener a Time Charte, nieta de High Line y considerada coma una de las mejores yeguas de la historia. España se quedó con El País.
Se queda en Lore-Toki
La Yeguada Militar de Lore-Toki compró a El País con la seguridad de que las siete victorias y las 11.350.000 pesetas logradas en los hipódromos eran un aval suficiente para garantizar el interés de los criadores. En plena vorágine de la campaña electoral del Real Madrid, Mendoza vendió los derechos de El País a los militares por 12 millones de pesetas. Dos años después un grupo francés de criadores ha ofrecido 50 millones de pesetas por la estrella con firma de corazón que El País luce en su frente. Lore-Toki ha rechazado, la oferta, a pesar de lo sustanciosa de ésta.
Los franceses no sólo conocen la calidad y el vigor de los hijos de High Line, sino también la categoría mundialmente reconocida de los hermanos maternos de El País. Uno de ellos, Fillaline, fue comprado por un propietario japonés; Heighlin, castrado, fue un coloso en las carreras de fondo, y Goodywe Shelley se consagró en París como una de las mejores yeguas de su generación. El País resultaba, por tanto, una manzana más que apetecible.
Algo vieron, además, los franceses para verse obligados a destapar con su oferta una estrella camuflada en un país tercermundista hípicamente hablando. Es posible que fuesen guiados por la estela de los 500 millones de pesetas ganados por los hijos de High Line en los hipódromos del mundo o por el hecho de compartir la función reproductora tan sólo con dos hermanos suyos: Master Willie y Nicholas Bill.
Los nuevos propietarios de High Line, agrupados en la yeguada Adstok Manor, de Buckingham, sólo utilizan una hermosa fotografía del caballo y su nombre grabado en la chapa de su cabezada para anunciar en las revistas especializadas los servicios de su semental. Todo el mundo le conoce.
De no pertenecer a la Yeguada Militar -obligada a mejorar la raza caballar sin ánimo de lucro-, El País sería en la actualidad un cheque al portador para cualquier criador. Según los cálculos estimativos, los 12 millones de pesetas que pagó la yeguada nacional a Mendoza podrían verse amortizados en menos de cinco años.
Desde que llegó a Lore-Toki, los propietarios se vieron obligados a guardar un riguroso orden de espera en función de la fama y calidad de las hembras. Las mejores tenían prioridad. El pasado año tan. sólo 28 recibieron la aprobación del cuadro técnico de LoreToki. Una de ellas le contagió al semental una infección genital que desbarató los planes de su abigarrado calendario amoroso. Ésta fue la causa de que el porcentaje de fecundidad fuese inferior al previsto, al quedar preñadas tan sólo un 68% de las madres. Con todo, fue considerado aceptable. Yeguas tan prestigiosas como Avalancha, Moncusi, Traboura, La Santissima o Tajiskan, madres estas dos últimas de Rheffissimo y de Colórines, desfilaron por el rústico escenario del apareamiento.
Fértil y de buen carácter
El porcentaje de fertilidad se ha visto notablemente reforzado este año al dejar preñadas a unas 24 yeguas, lo que supone un 78,57% de las 29 que le presentaron.
Los 17 potros de El País nacidos en la primavera han heredado de forma dominante las cualidades más notorias de su padre. Al buen carácter habitual en la familia de High Line han sumado una complexión muscular compacta y un tamaño medio no muy grande, constantes todas ellas de su padre. Somalia fue la privilegiada madre que pano el primer hijo suyo, al dar vida el 3 de enero a Dahomey, que ha sido la primera potrilla nacida en Lore-Toki en la actual campaña. Dahomey tiene ahora 10 meses y sufre el impacto emocional del destete de Somalia.
La vida de El País en Lore-Toki, excepción hecha de la temporada de monta, es sumamente cómoda. El soldado que le atiende no se despega de él durante todo el día: le limpia, asea, pasea y habla... Vive como un verdadero jeque, y raro es el visitante que no se detiene en su cuadra e invoca las grandes gestas del caballo al ver la placa de latón del portón de la cuadra en la que habita.
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