La frustración americana
Las reglas sagradas de los hipódromos europeos nos se cumplen en Estados Unidos. La infalible búsqueda del espectáculo eclipsa muchas veces la pureza del deporte. Los dólares corren por los hipódromos americanos a más velocidad que los propios caballos, lo que permite que muchas veces se den casos insólitos, como el de John Henry, el veterano caballo de nueve años que ha ganado nada menos que 1.000 millones de pesetas en premios en las 82 carreras en las que ha participado, y que no podrá convertirse en un cotizado semental porque sus propietarios decidieron hace algunos años su castración.Por eso los americanos, tan obsesionados por la búsqueda del espectáculo, en detrimento del deporte, se ven obligados a comprar sementales europeos con una gran frecuencia. Master Willie, hermano de El País, ha sido una de las presas del mercado americano. John Henry, son su saneadísima cuenta bancaria, vale menos, a efectos de la continuidad de la raza, que El País.
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