_
_
_
_
_
Crítica:VISTO / OÍDO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La vitalidad velada

TVE emitió por fin el lunes el programa Nicaragua: la revolución cercada. de la serie de Carmen Sarmiento.sobre los marginados. Esta tercera entrega que sobre los parias del globo -ya se han visto las dedicadas al mundo indio de Benarés a los rastafaris de Jamaica- había preparado la aventajada alumna de maestros de la talla de Miguel de la Quadra o Mariu Leguineche, venía precedida por la polémica. Realizada hace año y medio, Sarmiento propuso entonces emitirla inmediatamente después de llegar de Nicaragua, dado que la actualidad del momento y el hecho de que se hubiera rodado en directo una emboscada de los antisandinistas así lo requería. La propuesta fue desechada, TVE perdió un indudable tanto y la burocracia del ente volvió a poner una nueva pica en Flandes.Previamente a la emisión del programa, Carmen Sarmiento se había curado en salud sobre el contenido de Nicaragua: la revolución cercada al manifestar que se esperase a ver el programa del próximo lunes sobre los refugiados afganos para que se comprobase que en ella no habita sólo la preocupación por los temas ideológicamente de izquierda.

Agonía de un pueblo

Las palabras de la periodista parecen de más una vez vistos los 60 minutos dedicados a la revolución sandinista. Daba la impresión de que ya incluso antes de hacer sus manifestaciones, Sarmiento había rebajado la graduación de esta tercera entrega sobre los marginados, de que había decidido velar parte de la vitalidad que captaron las cámaras en el país centroamericano, de que había optado por tamizar y hacer digerible a algunos estómagos satisfechos la agonía nicaragüense.Carmen Sarmiento, que hizo verdaderos esfuerzos para inantener la objetividad, consiguió que el telespectador tuviera una imagen exacta de la catástrofe que se abate sobre el país centraomericano. Niños descalzos y cubiertos casi con harapos que no tienen tiempo para acudir a los refugios para protegerse de los ataques de la contra: adolescentes que empuñan fusiles automáticos -"¿Es ruso?", pregunta la reportera; "Soviético", musita tímidamente un enclenque niñosoldado- que son más grandes que ellos; jóvenes que han tenido que dejar sus estudios para defender las fronteras con Honduras.

También pudimos ver la ingenuidad de las anécdotas atribuidas al mando sandinista y el cinismo del ex guardia somocista que sonríe cuando se le pregunta si está arrepentido del pasado y responde que sí. Y el remate, con las secuencias de la emboscada, no tan espectaculares como la propia Sarmiento agarrando un viejo revólver como último recurso de defensa. Una Sarmiento que sabe manejar mucho mejor la cámara y que al final no puede evitar hablar de "este compañero" para referirse a uno de los soldados sandinistas muertos en el ataque que acaba de mostrarnos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_