El británico Clark, un buen líder para el Open de España
Al británico Howard Clark parece ser que le sientan bien los aires españoles. Ayer le cogió la medida a un campo temido por la mayoría de los jugadores y, en un abrir y cerrar de ojos, hizo trizas el récord de 68 golpes que había establecido, unos días antes, un compatriota suyo. Clark, que ganó en abril el Open de Madrid, es el líder del Benson and Hedges Open de España al finalizar el primer recorrido con 66 golpes, 6 bajo par.
A Clark le siguen, empatados a 68, Humphreys (Gran Bretaña) y Woosman (Gales). Los españoles, ni bien ni mal. El mejor clasificado es Juan Quirós (69), que apenas juega el circuito. Severiano Ballesteros iguala a 71 golpes con su hermano Manolo. Los Piñero, muy flojos, y José María Cañizares acabó con el par. Clark está agradecido a España. Él, que ahora tiene 30 años, ganó su tercer torneo profesional en Madrid en 1978. Durante seis largos años estuvo viviendo del recuerdo de aquellos días. Aquejado de fuertes dolores en la espalda, estuvo a un paso de abandonar el golf. Sin embargo, su recuperación le llegó a la par que su boda. Y fue precisamente en Madrid donde volvió a conocer el buen sabor de la victoria.
A Clark todo lo que sea estar entre los cinco primeros del circuito le satisface. Él sólo ha estado en ese quinteto en 1978. Ahora, su satisfacción es doble porque, además de ganar dinero, ha recobrado su juego de precisos golpes largos y efectivos putts. Eso fue lo que, al menos, se le vio ayer en El Saler. Antonio Garrido, que esta vez lleva a su esposa de caddie, quedó asombrado de la facilidad con que Clark golpeaba la bola. El jugador británico confesó que no sabía que el récord estaba en 68 golpes. "Yo salí a jugar bien. Estuve a punto de no venir a este torneo porque llevo ya ocho semanas consecutivas jugando". Sus siete birdies, por un solo bogey, cometido en el primer hoyo, le convierten en firme aspirante al título, aunque todavía quedan tres jornadas.
Clark no sólo deberá seguir luchando contra las dificultades que ofrece El Saler, sino que también tendrá que superar presión que ejercerán sus rival Si bien la presencia de Warren Humphreys en el segundo puesto (68) no es inquietante, sí lo del ser la de Ian Woosnam (68), sexto en la Orden al Mérito; la de Severiano Ballesteros, el australiano David Frost y el irlandés Eamon Darcy, todos con 71, y del escocés Sam Torrance y Cañizares ambos con 72 golpes.
Para los españoles la jornada fue menos que regular. Para Ballesteros es preocupante la lentitud de sus compañeros. Severiano hizo una primera vuelta bue na, con dos birdies en el 11 y en el 15, donde Torrance maravilló con un golpe desde más de 90 metros que fue directo al hoyo para eagle. Sin embargo, los segundos nueve hoyos de Ballesteros empezaron mal.
De todas formas, quien mejor estuvo ayer entre los españoles fue Juan Quirós, 28 años, que no juega asiduamente el circuito, pero que tiene intenciones de hacerlo gracias a unos amigos suyos de Cádiz que le quieren subvencionar. Quirós, que acabó con 69, llegó al hoyo 18 con 4 bajo par, pero ahí perdió los nervios.
Los Piñero, en cambio, acusan con diferencia la dureza del campo. Ellos, de poca contextura, sufren las dificultades de un campo largo hecho para pegadores. Manolo acabó con 77 golpes, Alfonso hizo 75 y Juan Carlos 76. Mucho tendrán que afinar para salvar el corte de hoy.
Los resultados de ayer, en los que sólo 15 jugadores bajaron del par y 13 acabaron con 72 golpes, dan una prueba de la dureza de El Saler, que hace sufrir a los jugadores tanto o más que el circuito de Montjuic a los ciclistas. "Es para hombres", dice irónicamente uno de los Piñero.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.