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La lucha de los clubes por el dinero

El 14 de noviembre de 1981 el Boletín Oficial del Estado publicó el Real Decreto 2.671/81, de 13 de noviembre, por el que se modificó la distribución de los ingresos recaudados con las quinielas. Por primera vez en la historia se reconoce la participación de los clubes de fútbol con jugadores profesionales en los ingresos de las quinielas. Su participación se reduce al 1 %, que se resta del 12% destinado para gastos de administración del Patronato de Apuestas Mutuas Deportivas Benéficas (PAMDB). La nueva distribución de los ingresos de las quinielas, que actualmente sigue en vigor, es la siguiente: el 55%, para premios; el 22%, para el Consejo Superior de Deportes; el 11 %, para las diputaciones provinciales; el 11 %, para el PAMDB; y el 1%, para los clubes. La lucha por la participación de los clubes en los ingresos de las quinielas se remonta a hace 30 años. Las pretensiones de entonces se redujeron a meros tanteos e insinuaciones. Siempre aparecieron justificaciones jurídicas para desestimar las intenciones de los dirigentes futbolísticos. Fue el actual presidente del Barcelona, Josep Lluís Núñez, al poco de llegar a la entidad azulgrana, quien inició la campaña por la que los clubes exigieron parte de los ingresos.

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Luis de Carlos, presidente del Real Madrid, el 29 de diciembre de 1979, fue el primer dirigente futbolístico que planteó de forma pública la necesidad de que el dinero de las quinielas revirtiera sustancialmente a los clubes. El pronunciamiento de Luis de Carlos fue réplica de la entrevista que, junto con Pablo Porta y el entonces presidente del Sevilla, Eugenio Montes Cabeza, mantuvieron días antes con el ministro de Hacienda. Éste les recordó que la ley sería inflexible para que los clubes pagasen sus impuestos.

El 15 de julio de 1981, los presidentes de los clubes de Primera División se inclinaron por la línea moderada antes que por el camino de las medidas de fuerza para reivindicar los que consideran sus derechos sobre los ingresos de las quinielas. El presidente del Barcelona volvió a convertirse en el principal defensor de las reivindicaciones de los clubes en este capítulo. Fue ya entonces cuando mencionó la posibilidad de disputar los partidos de Liga en diferentes fechas de la semana y apoyó la sugerencia del presidente del Hércules, José Rico Pérez, que no llegó a asistir a la reunión, de sortear cada semana la jornada de Liga del domingo siguiente. Pero prosperó la línea moderada.

Pablo Porta, en la reunión de presidentes de Primera División que se celebró el 29 de octubre de 1981, les informó de las últimas reuniones habidas hasta entonces con representantes de los ministerios de Hacienda y de Cultura y del Consejo Superior de Deportes sobre la participación de los clubes en los ingresos de las quinielas, asunto que llevó jurídicamente el gabinete del ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez, que propició los contactos con los organismos citados de la Administración. Fue entonces cuando Pablo Porta informó que dicha participación se podría cifrar en un 1% y cuando los clubes consiguieron su principal victoria: el reconocimiento legal por parte del Estado de su derecho a participar en los ingresos de las quinielas por prestar su nombre a los boletos. Después llegaría el momento de pedir mayor o menor porcentaje.

El 18 de marzo del año siguiente, 1982, una representación de clubes de Primera División, acompañada de Pablo Porta, solicitó un incremento en los ingresos de las quinielas a la entonces ministra de Cultura, Soledad Becerril. Josep Lluís Núñez, una vez más, llevó la iniciativa de la solicitud y pidió que de un 1% se pasase a un 2%. La ministra de Cultura no respondió.

Por el 5%

Vicente Calderón, como presidente del Comité de Fútbol Profesional, anunció el 3 de octubre del pasado año que iba a negociar con la Administración una subida al 5% en el porcentaje de las quinielas para los clubes. El dinero, según Calderón, se destinaría a una ambiciosa operación financiera que permitiese renegociar la deuda de los clubes y sanear su estructura financiera. Todo quedó en un espejismo. El 24 de mayo pasado, Romà Cuyàs, secretario de Estado para el Deporte, aseguró que tanto el Ministerio de Cultura como el Consejo Superior de Deportes agilizarían los trámites para conseguir un mayor porcentaje en las quinielas para los clubes si se aprobaban los estatutos presentados por el Comité Ejecutivo de la Liga Profesional, ahora presidido por Manuel Vega-Arango.

Ante la falta de respuestas convincentes, compromisos formales y acuerdos rubricados, los clubes de Primera División, Segunda A y Segunda B, decidieron el pasado mes de julio sortear el calendario de Liga ante un notario y facilitar entonces sólo las cuatro primeras jornadas, como así hicieron. A primeros del pasado mes de septiembre, ante la petición del secretario de Estado, y .como señal de buena voluntad por parte de los clubes" -como indicaría Manuel Vega-Arango-, el Comité Ejecutivo de la Liga Profesional facilitó las dos jornadas siguientes, quinta y sexta. La séptima fue facilitada ocho días antes de que se disputase, y así... sucesivamente, con lo que las quinielas no pueden incluir la Liga española.

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