_
_
_
_

La vida, en el congelador

El primer banco español de embriones será una realidad en Barcelona a comienzos de 1985

El mismo equipo que consiguió el nacimiento de primer bebé probeta español pondrá en funcionamiento el primer banco de embriones congelados de España, a primeros de año. La técnica de la congelación-descongelación de huevos, que desarrolló con éxito el Centro Médico de la Reina Victoria, en Melbourne, puede empezar a dar sus frutos en 1985 y en este sentido el Instituto Dexeus, en colaboración con la Universidad Autónoma de Barcelona, ha empezado las investigaciones en animales. La congelación de embriones aumenta la eficacia de la fertilización in vitro.

Más información
Zoe, la niña nacida del frío

"A menudo podemos recuperar cuatro, cinco, seis o siete óvulos de una mujer, de los cuales suelen reimplantarse dos o tres fecundados. La congelación nos permitirá en el futuro fecundar el resto y reimplantarlos en sucesivos ciclos, si fracasan las primeras implantaciones". Así explicó el doctor Pere Nolasc Barri, jefe del Servicio de Reproducción Humana del Instituto Dexeus, y director del equipo que ha conseguido los primeros bebés probeta en nuestro país, el interés en desarrollar esta técnica en España.

Simplificar procesos

El número ideal de transferencias se sitúa entre tres y cuatro. Si se implantan menos, baja el porcentaje de éxito; si se implantan más, igualmente desciende esta tasa. Sin embargo, Victoria Ana, el primer bebé probeta de España, es fruto de la transferencia de un único embrión; Lorena, el segundo, de tres; y los gemelos que nacerán en noviembre, de cuatro. "La pérdida embrionaria intrauterina se produce igualmente en vivo", explica en doctor Barri, "en un porcentaje que se sitúa entre el 60 y 70%. Una mujer que ha dado a luz a dos hijos en el transcurso de una vida posiblemente ha estado seis o siete veces embarazada sin que se diera cuenta. Esto ocurre igual en vivo como in vitro". Cada vez que se intenta la fecundación in vitro, la mujer debe someterse a una medicación especial para producir más de un óvulo. Para recogerlos se anestesia a las mujeres y se les practica una laparoscopia, que consiste en una pequeña incisión en el ombligo por la que se introduce un visualizador -el laparoscopio-, además de un segundo corte por el que se introduce una aguja hasta el interior de cada folículo maduro, que permite aspirar el líquido y el óvulo que contiene. Al rescatarse generalmente un número elevado de óvulos, cuando exista un banco de embriones, se podrá fecundar todos los óvulos e intentar anidarlos en dos o tres ciclos consecutivos, sin tener que someter más que a una intervención con laparoscopia a la paciente.

"La ciencia hace bastantes años que congela células vivas, tanto si son de médula ósea para la resolución de los casos de los niños burbuja, como espermatozoides en los bancos de esperma", explicó a este periódico el jefe del Servicio de Reproducción Humana del Instituto Dexeus. "Técnicamente ello es un poblema resuelto. En el caso de los embriones, requiere un mayor rigor ya que el tambor de congelación debe disponer de medios crioprotectores, que impidan la formación de depósitos de cristales intracelulares que pueden alterar la célula, así como una congelación progresiva que debe alcanzar los 196 grados bajo cero, por lo que resulta imprescindible el uso de computadoras".

Exitos en animales

En España hay varios grupos de investigadores que trabajan en la congelación de embriones de animales, como el del profesor Egozcue, de la Universidad Autónoma de Barcelona, con el que venimos colaborando. En vacas y ratas y conejos se consiguen éxitos del 70-80%. "La veterinaria va por delante de la medicina en el desarrollo de la fecundación in vitro" subrayó el doctor Barri, quien indicó que, en cualquier caso, el porcentaje de anidación de los embriones congelados es algo inferior. En Europa son los holandeses quienes han sido pioneros de la congelación. "La congelación es una mejora de la técnica de la fertilización in vitro" dijo Pere Nolasc Barri, "pero las mejoras serán espectaculares en los próximos años. Dos biólogos norteamericanos consiguieron en 1982 inyectar en el pronúcleo masculino de una rata el gen productor de la hormona de crecimiento. Experiencias como esta permiten suponer que, en un futuro cercano, 18 horas después de conseguir la fecundación en el laboratorio, podremos saber el sexo conocer si el futuro bebé es normal o no e incluso corregir muy precozmente alteraciones congénitas Un científico y divulgador francés como Jacques Testart ha escrito recientemente en su libro De l´éprouvette au bébé espectacle (De la probeta al bebé espectáculo) que un día la garantía será tal que la gente quizás querrá reproducirse in vitro, deslindando el binomio tradicional sexualidad y fertilidad".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_