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Marcelino Oreja reforzara desde la secretaría general el peso político del Consejo de Europa

En su toma de posesión como secretario general del Consejo de Europa, ayer, en Estrasburgo, el ex ministro español de Asuntos Exteriores Marcelino Oreja fijó claramente lo que va a ser la línea directriz de su acción durante los cinco años de su mandato: que las relaciones entre el Consejo y la Comunidad Económica Europea (CEE) se conviertan en hechos tangibles; que el diálogo entre los 21 países otorgue un peso político adecuado, a esta organización, la más veterana de las europeas; y que, por fin, el Consejo se reafirme como epicentro de los derechos humanos y de Ia democracia. El ex presidente de la Asamblea Parlamentaria José María de Areilza formará parte del comité de sabios. que creará Oreja en noviembre

En mayo pasado, Oreja fue elegido de manera brillante, en la primera vuelta, secretario general del Consejo de Europa, y ayer tomó posesión de su cargo, cuando, a primeras horas de la mañana, el secretario general saliente, Frank Karasek, le entregó lo que pudiera denominarse la llave maestra del Palacio de Europa de Estrasburgo, con la cual se puede entrar en todos los despachos, recovecos, nichos o salas del Consejo de Europa. Después, en el hemiciclo, donde se celebra la 362 sesión ordinaria de la Asamblea Parlamentaria, Oreja fue elogiado. Por ejemplo, el ministro francés de Asuntos Europeos, Roland Dumas, como presidente en Funciones del Comité de Ministros de Asuntos Exteriores del Consejo de Europa, en una carta, resaltó el talante europeo de Oreja y estimó que "su dinamismo, al servicio de la reactivación de la construcción. europea, alumbrará numerosas iniciativas".

Oreja no hizo más que insistir, a lo largo del día de ayer, en esa misma idea: en una comida que le ofrecieron los periodistas, en sus intervenciones diversas, públicas o privadas, hizo hincapié en que se ha domiciliado en Estrasburgo para "Ilevar el Consejo de Europa a la calle", tarea no fácil, pero posible.

Renacimiento del optimismo

En todo caso, declaró, un alto funcionario de la organización, "Oreja representa un renacimiento del optimismo en el Consejo de Europa. Y lo que usted oirá de todas las bocas es que nadie podría hacer lo que Oreja no haga". Y el elogio, escuchado efectivamente varias veces a lo largo de la jornada de ayer, se fundamenta como sigue: en primer lugar, al propio Oreja le interesa proyectar su figura política, es decir, no caer en la tentación de la comodidad que la emborronaría; segundo, la institución necesita de un empuje, en un momento en que a Europa se le plantean problemas agudos, vitales incluso; y en tercer lugar, por primera vez, figura como secretario general de la organización "un hombre de primera fila. Todos los anteriores han sido segundones". Marcelino Oreja Aguirre tiene 49 años, es licenciado en Derecho, diplomático, y ha desempeñado los cargos de ministro de Asuntos Exteriores y delegado del Gobierno en el País Vasco. En diciembre de 1983 estuvo a punto de ser nombrado cónsul de España en Lisboa. Perteneció a la UCD y se integró en Alianza Popular desde que se disolvió aquella organización política.

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