Higueras quiere desaparecer del tenis poco a poco, sin hacer demasiado ruido
Para los franceses es Don José. Para muchos españoles se trata de un semidesconocido que un día estuvo entre los 10 mejores del mundo, pero ese día duró cuatro largos años. José Higueras está en Barcelona, donde la próxima semana disputará el torneo de su club, el Godó. Sus apariciones en Barcelona son cada vez más espaciadas. Ahora, a los 31 años, Higueras comienza a plantearse su futuro. No quiere cortar de golpe: prefiere ir jugando menos y, poco a poco, ir desapareciendo del tenis. El pasado domingo ganó el torneo de Burdeos.
Higueras es una persona tranquila y con un trato exquisito, sobre todo con los más jóvenes y los más humildes. Tiene una opinión muy crítica de las estructuras del tenis español, pero prefiere no hablar continuamente de ello. Piensa las contestaciones, responde con seriedad y sensatez. En Europa y, Estados Unidos tiene fama de ser uno de los jugadores más sensatos, y sus opiniones son siempre recibidas con el respeto que en la pista se ha ganado con una actitud caballerosa. Un diario tan prestigioso como L´Equipe, que sigue el circuito durante todo el año, califica a Higueras como "un sabio" del tenis.Ese sabio español no ha sido tomado en serio en su país hasta hace muy poco. "Su tenis es muy aburrido", decían unos. "Gana porque cansa a su rival", decían otros. Lo cierto es que. Higueras tiene un estilo que parece defensivo, en el fondo de la pista, aunque en realidad es un ataque muy sutil, digno de un ajedrecista. "La verdad", dice Higueras, "es que a mi me gusta más ver jugar a McEnroe, con su estilo ofensivo, que a un jugador de fondo. Pero tampoco me gusta McEnroe en todas partes. Creo que en los dos primeros sets de la final de Roland Garros, frente a Lendl, jugó el mejor tenis que yo he visto".
Higueras reconoce que su tiempo se está acabando: "Ya tengo otras prioridades. Me cuesta mucho salir de mi casa de Palm Springs. No quiero dejar a mi mujer y a mis hijos. Pero esto no quiere decir que vaya a retirarme. Si juego muchos torneos, me critican. Si juego menos, dicen que me voy a retirar. Yo sigo mi ritmo y, quizás por eso, estoy disfrutando como nunca del tenis. No entra en mis cálculos inmediatos dejar de jugar".
¿Y después qué? Todos los deportístas de elite pasan por varias etapas. La ilusión por llegar, la inmersión en la popularidad y el éxito, y la certeza de que la historia se está acabando, que hay que buscar la alternativa. Higueras aún no lo tiene demasiado claro: "Quiero estar más con mi familia y descansar durante un tiempo del tenis. Luego, ya veremos...".
Las relaciones entre Higueras y la Federación Española no son malas. Simplemente no existen. Higueras se sintió desamparado cuando, unos años atrás, tuvo un bajón impresionante causado por una hepatitis. Desde entonces ha sido una persona escéptica, sobre todo con los dirigentes españoles. En un futuro, y si cambian los nombres y la política federativa, Higueras podría llegar a colaborar desde la enseñanza. Él no lo dice, claro, porque las cosas tendrían que cambiar en 180 grados. Pero la ilusión destella en su mirada aguileña cuando habla de los jóvenes.
Higueras y los jóvenes
Por ejemplo -sólo un ejemplo- cuando se le pregunta qué consejos daría a Javier Sánchez Vicario, el hermano de Emilio y el mejor cadete español: "Yo le diría que cogiese una maleta en enero y viajase por todo el circuito mundial hasta diciembre. Pero lo tiene que hacer ya, y debería jugar en todo tipo de superficies. Quizás los resultados no le acompañen, pero dentro de unos años se dará cuenta del gran beneficio que representa viajar. Pero aquí creo que hay demasiada comodidad. Los jóvenes no deben esperar que la federación les envíe al extranjero. Deben ser ellos mismos los que decidan marcharse".De los jugadores jóvenes espafíoles, Higueras destaca la seriedad de Aguilera: "Creo que está enfocando muy bien su trayectoria. Tengo entendido que no se ha dejado dominar por la comodidad de la clasificación, y que va a jugar torneos en pista rápida. Es una idea muy sensata, porque a su edad lo mejor es ir aprendiendo y mejorando el juego. Puede perder puntos a corto plazo, pero los ganará a la larga. La pista rápida enseña a definir, a golpear puntos ganadores. Cuando vuelves a la lentitud de la pista de tierra batida, te das cuenta que has mejorado en tu servicio y en tu volea, y que dominas mucho más el juego".
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