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El irlandés Sean Kelly, igualado en tiempo con Pedro Muñoz, se impone por puntos

ENVIADO ESPECIALLlegaron a Gerona juntos, como hermanos siameses unidos por el cordón umbilical del mismo tiempo, pero sólo uno subió al podio. Este honor fue para el irlandés, Sean Kelly, que restó en la contra reloj justamente los 19 segundos de ventaja, ni uno más ni uno menos, que le llevaba Pedro Muñoz y se proclamó vencedor de la Volta Ciclista a Catalunya. Muñoz, enfadado y suspicaz respecto al cronómetro de la contra reloj, fue segundo al verse superado por la mayor puntuación de Kelly, 77 por 26, en función de sus mejores clasificaciones en las diferentes etapas.

Nunca una carrera importante se había resuelto en el mismo segundo. En el último segundo. La Volta se decidió casi por la foto finish porque, en plena era de la electrónica, los jueces todavía utilizan cronómetros manuales. Allí, en lo alto del monasterio de Sant Pere de Roda, esos vetustos cronómetros señalaron 32 minutos y 47 segundos para Kelly en los 18,400 kilómetros contra reloj. Pedro Muñoz hizo 19 segundos más y perdió el valioso botín acumulado en la ascensión al Puigmal.

"Es mucha casualidad que hayamos hecho los dos el mismo tiempo. Sí, claro que estoy enfadado porque, además, he escuchado algunos comentarios en el sentido de que yo no tenía nombre para ganar la Volta; yo debo ser una m...". Muñoz estaba quemado y, en parte, tenía razón porque es anacrónico que una carrera de prestigio no disponga de modernos cronómetros. Kelly, por ejemplo, ya sabe lo que es perder una contra reloj por centésimas de segundo, frente al francés Laurent Fignon, en el pasado Tour de Francia.

En el alto de Sant Pere de Roda se escucharon comentarios de todo tipo tras conocerse los tiempos. Hubo quien acusó a los jueces de chovinistas y a los organizadores de desear la victoria de Kelly para prestigiar la Volta. Nadie habló de las pequeñas irregularidades que se cometieron durante el recorrido de Muñoz, que fue arropado por motos y coches para indignación de Dalmacio Langarica (Kas-Miko), patrón de Kelly en la próxima temporada. Lo cierto es que el irlandés fue el mejor. Superó a Muñoz en 47 segundos durante los primeros nueve kilómetros y el líder del Teka sólo pudo arañar 28 en los restantes. La carrera estaba vista para sentencia.

Un pinchazo oportuno

Nadie esperaba que en el segundo sector de la etapa, Llansà-Gerona, de 116 kilómetros, pudiera ocurrir el milagro, aunque Angel Arroyo, con escasas posibilidades de triunfo, aseguraba en la línea de salida que "vamos a dar leña". Y hubo leña en el descenso del alto de Angels, a 25 kilómetros de la llegada. Kelly pinchó y ésa fue la señal de alarma para que Muñoz y los corredores del Teka atacaran con el único objetivo de entrar un segundo antes que el irlandés. Jean-Claude Bagot prestó su rueda a Kelly, que inició una frenética persecución de los escapados, ayudado por su equipo, el Peugeot y el Safir.José Antonio González Linares, director del Teka, golpeó repetidas veces la carrocería de su coche al ver que Kelly iba recuperando terreno. Protestó ante los comisarios de carrera al considerar que algunos vehículos habían abierto un vacío a Kelly, cortándole, el aire. De nada sirvieron sus protestas. En Gerona el irlandés se puso a rueda de Muñoz y dejó ganar al belga Van Holen "pues me ha ayudado en el descenso".

Fue un final de infarto con un gran vencedor, Kelly, alguien acostumbrado a los triunfos, que los busca y consigue. Como buscó y consiguió el beso de su esposa, Linda, que estaba en la línea de meta. "La carrera ha sido muy dura porque en ninguna etapa hubo respiro y estoy muy satisfecho de mi triunfo. Muñoz ha sido un digno rival, aunque me sorprendió el tiempo que hizo en la contra reloj", dijo.

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