Historia de una escalera
Las reuniones entre los representantes de los clubes, de los futbolistas y de la Administración entraron en una fase desconcertante en la noche del jueves hasta el punto de que Antonio Buero Vallejo podría encontrar motivo para una continuación de su Historia de una escalera.Vega-Arango, Retamero y, Samper, representantes de los clubes, permanecieron media hora en uno de los pasillos del Instituto Nacional de Educación Física (INEF), donde no había otro lugar para sentarse que los peldaños de una escalera. Habían sido invitados a esperar la conclusión de la entrevista previa que mantenían los miembros del comité de huelga con los rectores del Consejo Superior de Deportes. La reunión tripartita no llegó a celebrarse.
Veinticuatro horas después ambas partes dieron sus notas. La Liga de Clubes afirma que no pudo reunirse con los jugadores "porque la AFE y la Administración les invitaron a ausentarse y, tras casi tres horas de espera -un conserje del INEF les sacó de la escalera para introducirles en una sala media hora después de su llegada-, interrumpida en dos ocasiones por el secretario de Estado para el Deporte para seguir pidiendo que esperasen, finalizó la reunión sin su participación. Romà Cuyàs anunció que no había ninguna posibilidad de solución porque la AFE exigía como condición previa para el diálogo el compromiso de la Administración de regular el sistema fiscal de los jugadores y garantías de cumplimiento de posibles acuerdos".
Y la AFE dice: "Las verdades a medias son la peor de las mentiras. Existieron dos tipos de contactos: el del secretario de Estado, Romà Cuyàs, con los señores Samper y López, en el que sólo se esbozaron las respectivas posiciones, y el del INEF, donde ambas partes se mantuvieron en salas distintas, pero mediando entre ambas el secretario de Estado. La AFE no ha negado nunca la existencia de 13 puntos reivindicativos de igual importancia".
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