El FMI impone a Yugoslavia una liberalización de precios a cambio de un crédito

Una delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha impuesto a Yugoslavia una liberalización generalizada de precios como condición previa para conceder un préstamo de 370 millones de dólares (unos 61.300 millones de pesetas) y un aval que logre atenuar la presión de los acreedores internacionales sobre este país, que en 1990 deberá pagar 39 millones de dólares entre principal y servicio de su deuda exterior.Desde la segunda guerra mundial, nunca se había permitido en Yugoslavia que la fijación del 55% de los precios fuera libre, según subrayan medios políticos de Belgrado. El resto de los precios estará sometido, en su mayoría, a acuerdos entre las empresas. El Gobierno se reserva el derecho a no otorgar créditos a aquellas empresas que contribuyan con su "política irresponsable de precios", a disparar la inflación más elevada de Europa, que en diciembre llegará probablemente a ser del 70%.

La carga que soporta el consumidor yugoslavo es muy dura. No obstante, el considerable nivel de prestaciones sociales y educativas, con un salario medio de unas 22.000 pesetas, tiene que vérselas con una cesta de la compra y niveles de precios ligeramente inferiores a los españoles.

"De seguir el empeoramiento de las capas más desposeídas, podríamos encontrarnos con una crisis social y disturbios, algo que tenemos que evitar", declaraba recientemente el croata, Yure Bilich, miembro de la Presidencia Federal de la Liga de los Comunistas. Mientras tanto, el anunciado aumento en flecha de los tipos de interés podría acrecentar un paro que ya ronda el 13% en todo el país.

Se espera otra devaluación del dinar, moneda que en 1980 se cotizaba a 20 por dólar y ahora se sitúa en 160. Nadie ignora que faltan pocos meses para que se cruce la barrera psicológica de los 200 dinares por dólar. Ello podría llevarse a cabo mediante una devaluación diaria y gradual o bien de golpe. Parece haber una pugna entre los economistas yugoslavos y los del FMI, más impacientes al respecto. Los precios van a dispararse tras la liberalización, y la cuesta abajo de la devaluación resultará ser su camino. Además, la deuda exterior se eleva anualmente en torno al 50% de los ingresos en divisas del país.