_
_
_
_

Choques a nivel regional, nacional e internacional

Las divergencias y roces entre Alianza Popular y el Partido Demócrata Popular se remontan casi a la fecha de constitución de la Coalición Popular, concretamente cuando, poco antes de las elecciones generales de octubre de 1982, dirigentes provinciales aliancistas excluyeron unilateralmente de las listas a candidatos democristianos. Aquel primer choque concluyó con vagas promesas de Fraga de "compensar" a los hombres, de Alzaga en las siguientes elecciones municipales y autonómicas.Pero unas y otras constituirían un semillero de conflictos. La negativa de Alzaga a permitir que Julen Guimón encabezase la candidatura popular en Euskadi fue mal recibida en el cuartel general aliancista de la calle Génova; los resultados cosechados por la Coalición Popular en Cataluña provocarían no pocas inculpaciones mutuas. Y dirigentes de ambos partidos no ocultan la preocupación que les suscitan, ante las próximas elecciones autonómicas, las gallegas de octubre de 1985, las malas relaciones entre el PDP local, encabezado por Enrique Marfani, y los hombres del presidente de la Xunta, el aliancista Gerardo Fernández Albor.

Más información
Los dirigentes de Coalición Popular llegan a un acuerdo para evitar que la crisis de Cantabria se extienda a nivel nacional

Al margen de las desavenencias regionales, se han producido serios desacuerdos políticos, tanto en cuanto a la concepción de la Coalición como conservadora o centrista, según quien lo interprete, como, especialmente, a nivel parlamentario: desarrollo del debate sobre la LODE, debate sobre los Presupuestos Generales del Estado para 1984, reforma de la Función Pública, proyecto de ley de Libertad Sindical. Tales desacuerdos llegaron, el pasado mes de mayo, hasta el punto de que se produjeron mutuas amenazas de dimisión cuando el portavoz aliancista, Miguel Herrero de Miñón, negó al subgrupo parlamentario del PDP la posibilidad de defender en el Pleno del Congreso sus enmiendas al texto gubernamental sobre reforma de la Función Pública. Tal negativa hizo entonces patente la hostilidad de Herrero, uno de los vicepresidentes de AP, hacia la formación democristiana, hostilidad aparentemente compartida con Alfonso Osorio.

Pese a declaraciones recientes de Fraga, calificando de "mentira bellaca" los rumores sobre desavenencias en el seno de la Coalición Popular, los indicios de la existencia de discrepancias parecen abrumadores, y se incrementaron a raíz de la admisión del PDP en el seno de la Unión Europea Democristiana, la pasada primavera, admisión que algunos aliancistas interpretan como "un nuevo factor de alejamiento" del, partido de Alzaga. Paralelamente, el Comité de Coordinación de la Coalición, encargado de dirimir cualquier conflicto en el seno de la misma, lleva meses sin reunirse, pese a haberse convenido que lo haría una vez al mes.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_