La elipse
28 martesStevie Wonder. ".. tú eres el sol que ilumina mi vida". Peinado somalí y camisa de tirilla. Art/op y Renacimiento. "Eres la niña de mis ojos". Pelo afro sobre la africanía natural del pelo. Manoletinas negras. "El hambre ronda las calles / los niños mueren antes de nacer / infectados por la desolación". Suena por la tierra del ghetto como una armónica de negro, y efectivamente es una ar mónica de negro. "Si creyese que nuestro amor se acaba / me aho garía en mis propias lágrimas". La música se inventó para absolver la mala literatura. Una imagen entre Virgen Maria y guerrillero palestino. Una Purísima que hubiera salido con barbas de San Antón. Pacifista de Martín Lutero King. El viejo barroquismo blanco, corregido por la raya impecable/implacable de sus pantalones de negro. "No dejan de hablar del día en que el Salvador del Amor vendrá para proclamarlo". Se deja sorpren der de Cristo hippy con reloj de pulsera. Su Evangelio es su discografía. Parafraseando a Flaubert, el desierto/milenio está intransitable de profetas/anacoretas blancos y negros. Los negros, al menos, cantan mejor.
31 viernes
Melancólica alegría de María Luisa Merlo en su vuelta al teatro (Maravillas) con, un vodevil inglés importado por Juano Menéndez. Ya no es la musa de Escobar/Larrañaga, la niña guapa de don Ismael, pero su juventud de los sesenta, que creíamos perdida, se refugia en su cuerpo encontrado. A la salida, el pespunte numeroso de la lluvia, cosiendo alegremente un mes a otro Esta lluvia costurera huele ya a septiembre. Me resguardo del agua en el Comercial, con María Tellería, 20 años, contranieta del creador del Cara al Sol y un nieto de Mayalde. El poeta maldito del café quiere venderme una carabela de breve eslora manual. Antes, todos los cafés tenían su poeta maldito: Eduardo Alonso en el Varela, Oroza en el Gijón. El Comercial parece que conserva o renueva el suyo.
1 sábado
Lita se ha desnudado. En Marbella, claro. Lita Trujillo/0stos. Se ha quitado, digamos, la parte menos comprometida del bikini, la de arriba, la que libera dos históricos y codiciaderos compromisos. Decía Pitigrilli que la moda es la pugna entre el instinto natural de vestirse y el instinto natural de desnudarse. Lita Trujillo, a quien veo mucho en las fiestas de Madrid, va siempre como muy vestida, pero no exactamente tapada, que es otra cosa. Marbella es un sitio que tiene resuelto el conflicto desnudo/vestido mediante una convención de las formas que sólo genera formas convencionales, claro. Lita -tenía que ser ella- ha roto él delicado equilibrio marbellí con su doble gesto (gesto necesariamente dúplice) y ha puesto en pie las genealogias inversas de su apellido, querella de la Historia, pasando mucho de todo y sin pararse en barras ni en estrellas, acuya sombra abanderada tanto debe su linaje. Ahora que viene la moda otoño/invierno de París (revival de los 50), la reflexión más apresurada nos re vela eso: que el ir "muy Vestida" no significa necesariamente ir muy tapada, sino, a veces -Lita Trujillo-, todo lo contrario. Las que van demasiado tapadas no suelen ir bien vestidas. Lita Trujillo, a quien hoy no juzgo desde la Historia, sino desde la naturaleza, digamos, no quedará en la memoria de couché por su gesto de Marbella, ademán doble y pectoral, sino por la cotidiana manera madrileña que tiene de vestirse mucho sin taparse demasiado. Es/ha sido una belleza en la línea Rita Hayworth, y la cultura de estas mujeres está en cómo parece que pueden. desasirse de su ropa en cualquier momento. El dandismo femenino, si es que existe (Baudelaire lo negaba),.asomaría en ese equilibrio de la que se viste mucho y no se tapa nada, contra las de misa de diez (doña Carmen Polo va en La Coruña, pero es otro tema), que se tapan mucho y no visten ni se visten en absoluto, porque no saben. Lita, casi como un escritor no quedará por la audacia de un día, sino por la constancia inconstante de sus días.
2 domingo
.Estuve en Buñol, sí, de pregonero, y vi el pueblo valenciano de 10.000 habitantes como un Estado a pequeña escala, como una maqueta que permite abarcar y considerar mejor lo que está pa,sando en España. El alcalde de izquierdas es como un joven Felipe González y le peina lo mismo que el presidente. El alcalde de izquierdas, Masmano, en su intervención floral, no hizo floralismo, sino que entró directamente en Un tema concreto y urbanístico del pueblo, el parque/ paseo de San Luis, conquista cívica y ecológica. Parece. que se ha pasado el tiempo de los alcaldillos retóricos. Me recordó a González en sus cenas de la Moncloa. Las mozas y reinas de honor, todas vestidas de novia y con la bandera. española haciendo alegoría de sus recientes cuerpos, llevaban detrás las bandas de música, esa tradición tan valenciana, que es como copiar a Botticelli con una brocha o tocar a Mozart con un candado. Bueno, pues a ellos les sale Mozart, y les sale mozartísimo, con sus bandas de viento. Está muy en la estética del País Valenciano lograr lo fino con lo gordo. Gabriel Miró, a fuerza de estilizar el costumbrismo, lo deja en lirismo. La reina saliente, la del 83, es una belleza delgada, interiorizada, esbeltizada, como del citado Miró, o como las señoritas de provincia que describe pulcramente, delusivamente, Azorín. La reina entrante/84 es una joven y derramada belleza de Sorolla, a quien le gustaban las modelos (como a Graham Greene las novelas) con argumento sobrante. Poetas y pintores locales se centran casi obsesivamente en el tema de su pueblo, pero no otra cosa le pasa a Garcia, Márquez con Macóndo. Ni Ulises ni Don QuIjote fueron mucho más allá de la puerta de su casa. Los mitos universales tienen siempre un fijo soporte local. Y este razonamiento literario quizá sirva para explicar la razón política del vigente fervor autonomista. Buñol, ya digo, como una España a escala. Y esa reina destronada del 83, tan delgada, tan azoriniana, tan mironiana, en su exilio de pueblo, ay.
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