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Los valores no reaccionaron

No se esperaban grandes cosas de la sesión de cierre, y ésta respondió adecuadamente a las expectativas con unos recorridos cortos en las cotizaciones y una actividad que, dentro de los niveles actuales, hizo a los presentes recordar la fecha. Pero el que se continuase pensando qué iba a ocurrir en la semana próxima y, según las conclusiones a que cada cual llegase, obrar en consecuencia, comprando o vendiendo dentro de las posibilidades que en estos momentos ofrecen los mercados de valores, resultaba muy extraño, sobre todo teniendo en cuenta que alguno de los más importantes bancos del país estaba pensando reducir sus tipos de interés preferenciales en una cifra cercana a los dos puntos, y que el índice de precios al consumo, saltando por encima de las previsiones, ponía en peligro la política económica del Gobierno.La primera sorpresa de la jornada vino de la mano de las eléctricas, sin duda los valores más rentables del mercado, al no reaccionar en absoluto ante la posibilidad de que los tipos de interés puedan ceder dos puntos en el próximo mes. La rentabilidad de estos valores ha estado siempre por encima del resto, y, aunque sus precios se han adecuado a las circunstancias y a sus expectativas particulares, era de esperar una mínima capacidad de reacción de su parte. No, fue así, e incluso se siguió con el toma y daca de los últimos días, que pone de manifiesto la incertidumbre y desorientación de los inversores a corto plazo. Se perdió parte de lo conseguido en la sesión anterior y se dejó que la atención se desplazara hacia otros sectores en los que la especulación está más interesada en estos momentos.

Si el saldo de la caja de los siete grandes bancos se puede tomar por un síntoma, podría afirmarse que este sector fue el único que se hizo eco de la situación y registró con una fidelidad envidiable las posibilidades de que la tasa de inflación supere en este año el 9% o el 9,30%.

El dinero, el día anterior se esfumó, y en su lugar apareció una serie de partidas vendedoras, por supuesto que insignificantes, que obligaron a la repetición a la mayoría de los componentes de este grupo. Aún quedaron ánimos para ganar algún entero, y hubo tan sólo un recorte.

En los sectores industriales todo resultaba un poco más confuso, si se tiene en cuenta que algunos de los valores que registraron avances importantes son sociedades incapaces de generar envidias por su situación económica. Gracias a ello, sectores como los de alimentación, siderúrgicas o químicas terminaron la jornada con pequeños avances que desentonaban con los resultados conseguidos por las eléctricas o los bancos.

Dentro del capítulo de los avances hay que situar al sector de comunicaciones, que prosiguió su tranquila ascensión a pesar de que en la semana no ha logrado enjugar las pérdidas que cosechó el lunes pasado.

Esto obliga a pensar que el mercado pudiera entrar en una situación que podría resumirse en un juntos, pero no revueltos para las próximas jornadas. Hay valores que mantienen una serie de expectativas al margen de la situación general del mercado, aun que también se ven afectados por ello. Sólo separando el grano de la paja se logrará dar a las bolsas su verdadera dimensión y acabar con la confusión que predominó en la sesión que cerraba la semana y, una vez más, daba por concluido el agosto de la inversión a corto plazo.

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