Sólo 11 equipos no han confirmado su presencia en la reunión de la AFE

Todas las plantillas de futbolistas de Primera División, 18 de los 20 de Segunda A, y 31 de los 40 de Segunda B, habían confirmado ayer su asistencia a la asamblea extraordinaria de jugadores que se celebrará en un hotel madrileño el próximo lunes. La posibilidad de acudir a la huelga será debatida en firme para la jornada del próximo 9 de septiembre, segunda del campeonato nacional de Liga.Los futbolistas se han mostrado esta vez unánimes en la apreciación de sus problemas, que se circunscriben en dos vertientes: los derivados de la Administración, como la ordenanza laboral, la Seguridad Social y la consideración de rentas irregulares en su tratamiento fiscal, y los suscitados con la Federación Española de Fútbol y la Liga Profesional de Clubes.

La posibilidad de una huelga, según se aseguró en la reciente asamblea de representantes de futbolistas del pasado lunes, deberá centrarse, en el supuesto de que salga adelante, en cuestiones que afecten al tratamiento federativo y de los clubes. Los dirigentes del sindicato, en principio, no se muestran partidarios de la misma en función del momento actual de crisis en otras esferas del fútbol y de que "no sería táctico que quedáramos como punta de lanza para resolver problemas de los propios clubes".

Son varios los puntos por los que podría plantearse, jurídicamente, el paro. Entre otros, por la modificación de la norma federativa relacionada con los períodos de inscripción de jugadores que atentan contra la libertad de trabajo; para solventar la regulación de la denominada carta de libertad; la modificación de las normas de descenso de los clubes por impagos a los jugadores, estableciendo una cobertura de garantía de cobro para el futbolista.

La eliminación de las normativas actuales sobre limitaciones de edad para jugar es otro de los puntos básicos; también la modificación de las normativas que regulan las condiciones de los aficionados y los aficionados compensados, que en la práctica suponen un profesionalismo encubierto; el establecimiento de un calendario que puedan negociar los propios jugadores con los representantes de los clubes y federativos; el cobro de las deudas pendientes, que algunos clubes mantienen incluso desde hace varias temporadas, y, en definitiva, otra serie de problemas, como el derecho a la propia imagen.

Cabe recordar los numerosos escritos enviados por los representantes del sindicato futbolístico a los diversos estamentos, deportivos y de la Administración, que, .según fuentes de la AFE, no han encontrado respuesta alguna. Así, se comunicaron las reivindicaciones del colectivo al Ministerio de Hacienda (marzo, junio y noviembre del año pasado); los relativos a la Seguridad Social (diciembre del año pasado); diez comunicaciones al Consejo Superior de Deportes entre 1983 y 1984; cinco a la Liga Profesional, "con contestación aunque sin aportar nada concreto para la búsqueda de soluciones y, también, una carta a Presidencia del Gobierno, el 12 de marzo de este año, sin acuse de recibo".