_
_
_
_
Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La reconversión

Muchas veces hay industrias que tienen que desaparecer de donde están para que siga adelante el proceso de industrialización, señala el autor de este trabajo, quien recuerda que la polución de Tarragona se puede producir en Detroit, o la reconversión de Sagunto en Suecia, y que la industria textil se trasladó de Nueva York a Hong Kong. Y que en este proceso es conveniente apostar por las pequeñas y medianas empresas, las cooperativas y las actividades tecnológicamente maduras.

La economía hizo honor a su etimología de administración doméstica hasta el advenimiento de la era industrial. La autarquía de las sociedades preindustriales, alterada apenas por el comercio de productos de lujo, era una economía doméstica donde todo quedaba en casa, es decir, en la comarca. Cuando el vapor en forma de ferrocarril y barco posibilitó el movimiento de recursos en el espacio y, en forma de fábrica, empujó la economía en un movimiento por el tiempo hacia estadios de desarrollo económico -despegue, madurez, consumo de masas-, la ciencia económica preindustrial, que no había contado con la variable espacio ni con la variable tiempo, se vio complicada por unos desfases en el espacio -países con unos recursos y otros no- y en el tiempo -países en un estadio de desarrollo y países en otro.Hay tres etapas previas que dividen la historia en cuanto a modo de vida: cultura, civilización y niecanización, correspondientes a la revolución agrícola del 8000 antes de Cristo, revolución urbana del 4000 antes de Cristo y revolución industrial alrededor del 2000 después de Cristo. Estos tres cambios en el tiempo no corresponden a cambios similares en el espacio; ciertas áreas los alcanzan antes que otras, y este desfase espaciotemporal provoca los grandes enfrentamientos, fertilizaciones, intercambios y roturas de la historia mundial: la civilización urbana incidiendo sobre la cultura agrícola cfea el problema de los imperios; la mecanización industrial cayendo sobre la cultura rural crea el problema del Tercer Mundo; la mecanización ensartada sobre la civilización crea el problema ecológico.

El centro y la periferia

A partir de la revolución industrial las disparidades en el espacio han configurado la situación descrita por el modelo centro-periferia o regiones avanzadas y rezagadas. Este modelo no sólo se cumple dentro de cada país, sino a nivel mundial. El centro del mundo es donde se inventa e innova; la periferia adopta.

Hasta hace poco el centro del mundo estaba en el eje del Rín, desde Lombardía hasta el sureste del Reino Unido, y en la costa este de Estados Unidos. Así ha sido durante las primeras olas de industria, que fueron, de 1790 a 1850, la industria textil; de 1850 a 1900, la industria siderúrgica, maquinaria y ferrocarril; de 1900 a 1920, la eléctrica, química y automóvil; de 1920 a 1950, artículos de consumo de masas, y a partir de 1950, la electrónica, cibernética y aeronáutica, amén de los servicios en turismo, educación y sanidad.

Con la última oleada industrial cibernética el centro del mundo se ha desplazado ados focos: la costa peste de EE UU y Japón. Las innovaciones que salen de estos centros son difundidas y adoptadas por los países industriales que han pasado por las etapas previas para tener base técnica capaz de usar la cibernética. No todos los países adoptan innovaciones cuando quieren, sino cuando pueden, y pueden sólo cuando han superado ciertos umbrales de poder adquisitivo y madurez técnica. De modo que a la disparidad espacial centro-periferia se superpone un desfase temporal en estadios de desarrollo. Según Rostow, Italia inició el despeque en 1900, alcanzó la madurez en 1920, y el consumo de masas en 1950. El Reino Unido había descubierto estas etapas en 1780, 1830 y 1920; EE UU, en 1840, 1870 y 1910; Japón, en 1880, 1910 y 1950. Curiosamente, Rostow deja España fuera de su análisis porque Spain is diferent y las cifras no debían cuadrarle en el modelo. Creo que deben ser similares a Italia, y corresponden a 1900, 1930 y 1960; la última, con sumo de masas, la más evidente.

El problema de la reconversión industrial sólo puede analizarse objetivamente en el marco de esta evolución espacio-temporal de la eonomía mundial, con sus desfases que se interrelacionan y se inciden, ora favorable, ora perjudicialmente. Debido a la movilidad de mercancías y capitales, los problemas de una región o de un país ya no se originan solamente en ellos, ni pueden ser resueltos sólo desde dentro de ellos. La polución de Tarragona se puede briginar en Detroit; la congestión de Madrid se puede detener industrializando Huelva, y la reconversión de Sagunto se puede provocar en Suecia; las siderurgias del Cantábrico usan carbón importado de los países nórdicos; es evidente que su rentabilidad se ha escapado de las fronteras nacionales y sufre la incidencia de procesos espacio-temporales a nivel mundial.

Que una industria deje de ser rentable en un momento del proceso puede ser, en algunos casos, síntoma del éxito de ese proceso. Por ejemplo: la industria textil es la primera en el proceso de desarrollo (Nueva York hace 100 años era un área textil; al subir los salarios, lo textil se desplaza. a zonas de mano de obra más barata, como sucedehoy con Hong Kong y Corea del Sur. Lo importante es suplir esas industrias ya no viables por otras de la nueva ola, cosa que Nueva York, evidentemente, hizo. Lo hizo el Reino Unido y se está haciendo en Cataluña.

El remmbio industial

La cuestión fundamental en la reconversión es prever con tiempo nuevas actividades para los trabajadores afectados sin obligarles a cambiar de residencia si no lo desean. Se trata sencillamente -¿sencillamente?- de contestar la pregunta del obrero de Gijón ¿después del acero, qué? Si yo tuviese que contestar, apostaría por inversiones en pequeña y mediana empresa, a ser posible constituidas en cooperativas y dedicadas a actividades en etapa madura del ciclo tecnológico.

Pequeña empresa porque la base económica se diversifica y se hace menos vulnerable a cambios exteriores de demanda u oferta; cooperativas porque la propiedad es de todos, reduciéndose la conflictividad, y actividades maduras porque son procesos ya conocidos y estandarizados susceptibles de localizarse ubicuamente sin problemas de infraestructura tecnológica.

Todo lo cual no es sencillo, pero es lo menos que se merecen las personas que han trabajado honestamente y duro en actividades que hicieron posible el actual bienestar de todos.

Luis Racionero es urbanista y escritor, autor de El país que no fue y Del paro al ocio.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_