Los atletas de color ganaron 15 de las 16 medallas de oro para EE UU
El triunfo de Estados Unidos en las pruebas olímpicas de atletismo ha sido el triunfo de la raza negra. Consiguió 16 medallas de oro, y sólo una, la de la maratoniana Jean Benoit, tuvo un protagonista que no era de color. Las medallas de plata y de bronce conseguidas por Canadá también fueron, en su mayoría, logradas por atletas de color, descendientes de jamaicanos. Una de las imágenes más impresionantes de los Juegos fue el podio de los 4x 100.Los doce galardonados (EE UU, Canadá y Jamaica) eran negros. Una vez más ha quedado demostrado que el hombre blanco es inferior al de color cuando en una competición es imprescindible la flexibilidad y la relajación.
Estados Unidos logró un buen balance en los Juegos Olímpicos. Nueve medallas de oro en hombres y siete en mujeres. No puede haber comparación con los Mundiales de Helsinki, por cuanto faltaban los mejores lanzadores y las mejores mujeres. Pero sí, en cambio, Estados Unidos perdió en Los Ángeles parte de su hegemonía. En los Mundiales de Helsinki copó el podio en 100 y 200 metros y en longitud. Allí estaban - todos los atletas, incluidos los de aquellos países que ahora han boicoteado los Juegos. En Los Ángeles, sin tanta rivalidad, sólo consiguió subir a sus tres representantes al podio en una sola prueba, 200 metros.Carl Lewis igualó el récord de Jesse Oweris con cuatro medallas de oro, y a sus 23 años ya es una figura legendaria. Es tan superior a los demás que la hazaña pareció muy fácil. Él solo logró casi la mitad de las medallas masculinas para Estados Unidos. Pero si no hubiera estado, otro compatriota las hubiera conseguido. Lo que sobran en su país son velocistas, de color, naturalmente.
Elevado nivel
El nivel de los Juegos Olímpicos fue elevado. Sólo se consiguió un récord mundial (4X100), pero en 14 de las 41 pruebas celebradas se establecieron récords olímpicos, ocho de ellos en finales femeninas, lo que significa que hubo más nivel que en Moscú, donde sí estuvieron las mejores atletas del mundo. Pero si ellas hubieran tenido la oportunidad de competir en Los Ángeles, quizá esos ocho récords olímpicos hoy serían mundiales.
En general, las carreras se disputaron a un elevado ritmo, y no hubo más estrategia que la de' correr más rápido que los demás. Por contra, en lanzamientos no hubo buenas marcas, porque el Memorial Coliseum no reúne las condiciones idóneas para que en los concursos se lance demasiado; y en ellos fue, además, donde tanto en hombres como en mujeres las ausencias fueron más notables.
El balance español. tuvo grandes altibajos. Colocó a nueve atletas en diferentes especialidades entre los 10 primeros, pero sufrió los grandes fracasos de José Luis González, el relevo 4XIO0 y los maratonianos. Excepcional Abascal. También Vera, Sala y Alcalde, porque llegaron como comparsas y acabaron como triunfadores. Marín, Llopart, Domingo Ramón, Ruiz y Corgos estuvieron entre los mejores, pero todos ellos pudieron mejorar sus clasificaciones, a excepción de los marchadores, que actuaron lesionado el uno y recién recuperado el otro.
El resto del equipo español pasó desapercibido. Está la excusa de las lesiones, pero que no pueden afectar a un balance general. Vinieron 29 atletas y se fueron con una medalla. Portugal llegó con 14 y se colgó tres, dos de oro y una de bronce, todas en pruebas de fondo. Dicen que es que en Portugal correr por el campo es lo más barato y que en Lisboa tienen una carrera popular donde participan 5.000 personas. El atletismo español siempre ha envidiado al italiano. Ahora también tendrá que mirarse en el espejo de Portugal.
La larga lista de EE UU
Ese atletismo, la máxima atracción de los Juegos, fue la base, junto a la natación, del gran triunfo norteamericano. Falló Mary Decker -los norteamericanos, una vez pasada la euforia, ya reconocían ayer que su atIeta se había caído sola-, pero triunfaron Edwin Moges y, sobre todo, el nuevo monstruo del atletismo mundial, Carl Lewis. Sus cuatro medallas de oro sólo son equiparables a las de Jesse Owens.
Estados Unidos arrolló en medallas, aunque no llegó por dos al total que preveía. Sólo un ligero fallo. Pero con 83 de oro superó el récord que tenía la URSS con 80 desde Moscú. En el total, sumo sólo 174 por las 195 de los soviéticos. En San Luis-1904, EE UU consiguió 238, ese es su récord.
Se batieron en natación los récords que se hubiesen superado igualmente con la presencia de los boicoteadores, porque eran los mejores en cualquier caso. Pero hubo ausencias notables en casi todos los deportes, y buena prueba de ello pudo darla que Rumania, con 20 medallas de oro -superior incluso a la RFA, que sólo sumó 17-, sólo logró seis hace cuatro años, sin alemanes ni norteamericanos en liza.
Los títulos norteamericanos han sido: 21 en natación, 16 en atletismo, 9 en boxeo y en lucha (libre), 5 en gimnasia, 4 en ciclismo, 3 en hípica, tiro y vela, 2 en baloncesto, natación sincronizada, remo y saltos, y 1 en voleibol y tiro con arco.
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