La infantería contra la artillería
Josep Brasco, el antiguo seleccionador nacional y actual entrenador de la selección griega, sufre como el que más en los partidos de la que fuera su selección, aunque pretende no aparentarlo. "Es la infantería contra la artillería", decía hoy. mientras sufría como un cardiaco más; "nosotros tenemos que ir clavándoles, alfileres, mientras que ellos van disparando cañonazos desde su división acorazada".La selección española se ha convertido en la favorita sentimental del público norteamericano, y Estiarte, en el espectáculo a no perderse, y la razón no es otra que la belleza de su juego. Mientras que las grandes potencias de waterpolo mundial, como la Unión Soviética, Hungría o la misma Alemania son escuadras defensivas, con jugadores de gran potencia física especialistas en el tiro de media distancia, que casi nunca desaprovechan una ausencia por expulsión en el equipo contrario, nuestra selección está inventado un nuevo estilo de juego, al que, hasta el momento, tan sólo parecen acercarse los norteamericanos.
El problema radica en que las reglas del juego favorecen, hasta cierto punto, a la concepción tradicional. Hoy en la conferencia de prensa, el entrenador alemán se excusaba por el empate de la siguiente manera: "Nosotros hacemos un tipo diferente de juego, más lento, más perfeccionista. No nos gusta correr riesgos".
Lolo Ibern, el seleccionador español, no le quitaba la razón. "Precisamente nuestro sistema de Juego se basa en correr riesgos. Creo que hay que cambiar las reglas para que se adapten a nuestro juego, porque si no el público se acabará aburriendo del waterpolo. Hay que convencerles de que nos den la razón".
