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Crítica:El cine en la pequeña pantalla
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

'Vivir de ilusión', Broadway al vivo

Son muchos los críticos norteamericanos que festejan la adaptación cinematográfica de Vivir de ilusión (The music man), por ser la que con mayor fidelidad traspasó a la pantalla un espectáculo teatral de Broadway, hasta el punto de que fueron los mismos sus intérpretes y director, Morton da Costa. Pero este respeto a la original puede ser, paradójicamente, un error al obligarse la película a una duración excesiva (150 minutos), que prescinde de la capacidad de síntesis de la imagen.En cualquier caso, constituyó un éxito similar al que cinco años antes había tenido en el teatro, muy especialmente en lo que se refiere a su intérprete central, Robert Preston, antigua figura cinematográfica que había sido marginada de las productoras y que con este filme reanudó provisionalmente su actividad en la pantalla: no en vano había obtenido con su trabajo en Vivir de ilusión el Tony de 1957. Recientemente tuvimos ocasión de comprobar, una vez más, su talento en la película Victor o Victoria. A su lado, Shirley Jones y Buddy Jackett lograron los mismos aplausos.

Historia intrascendente

La historieta de Vivir de ilusión no tiene mayor trascendencia, y de ahí que la duración del filme sea su principal enemiga: un vendedor ambulante aparece en un pueblecito de Iowa, en 1912, y turba con su presencia a todos sus habitantes, comunicándolos la necesidad de la música, incluso como lucha contra el vicio. Sin embargo, la partitura musical y algunos números de baile suponen un gran atractivo. Hace dos semanas, José Ruiz, en el programa de televisión De película, recogió fragmentos de 76 trombones, el número coreográfico más conocido de la obra en su apretada antología de. lo mejor de Broadway trasladado al cine. En dicho programa se comentaba que la finura del músico Meredith Wilson se justificaba por ser esta la primera vez que trabajó para un espectáculo musical. Su formación en los campos de la música clásica le había apartado de este tipo de espectáculo, y al aceptar, a los 57 años, componer las canciones y ballets de The music man aprovechó de su formación cuanto Podía ser volcado en tan distinto género. Todos los especialistas. del musical comentan la importancia de su partitura como una de las claves del éxito.La coreografía no le fue a la zaga, y tanto el citado número como el de Trouble, para el que Robert Preston no escamoteó la espontaneidad que podía negarle el haberlo interpretado cerca de 900 veces, son elogiados en las historias del musical. Clive Hirschom dice que es una "galvánica coreografía". Lo peor, insisten los demás, la banalidad de la anécdota y su excesiva duración.

Vivir de ilusión. Se emite hoy a las 21.30 horas por la segunda cadena.

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