Los españoles Luis Doreste y Roberto Molina, segundos en la clase 470 al termino de la tercera jornada

ENVIADO ESPECIALLos españoles Luis Doreste y Roberto Molina figuran en el segundo puesto de la clasificación general, en la clase 470, al término de la tercera jornada de regatas olímpicas de vela, en las aguas californianas de Long Beach, en las que la deficiente organización -sobre todo, respecto a las pocas facilidades concedidas a la Prensa para la cobertura de la información- ha originado una serie de protestas a los dirigentes olímpicos.

Mientras Luis Doreste continúa su serie de regatas brillantes -colocándose el pasado jueves en el quinto puesto de la clasificación, en la tercera regata-, el resto del equipo español que participa en las clases de tabla a vela, Finn, Flying Dutchman y Star no parece encontrar la ruta hacia posiciones que permitan aspirar a alguna medalla olímpica, a cuatro regatas de la final de una serie de siete.

Con un tiempo estable, vientos flojos y alto nivel de competición, los españoles mantienen posiciones intermedias en la clasificación, difíciles de superar en las actuales condiciones de mar tranquila en que se desarrollan las regatas. Los vientos suaves no parecen favorecer el estilo de navegar de los españoles, excepto en el caso de Luis Doreste, que demuestra buen dominio de las aguas de Long Beach.

La cuarta regata, a la espera de un fin de semana de descanso, podría dar nuevos empujes al equipo español durante los tres últimos días de regatas, del próximo lunes al miércoles.

En el ambiente general de la regata de los Juegos, existe cierto malestar por determinadas deficiencias en la organización que perjudican, por una parte, a los navegantes y, por otra, a la cobertura informativa de la Prensa.

En lo deportivo, el presidente de la Federación Internacional de Regatas (IYRU), el italiano Beppe Crose, protestó ante los organizadores por fallos en la calidad de los jurados. En la jornada del pasado miércoles, segunda de regatas, el jurado decidió dar la salida sin considerar que existían unas condiciones mínimas de viento. En la primera jornada, el equipo español de la clase 470 (Luis Doreste y Roberto Molina) perdió el segundo puesto por haberse colocado en el último momento la señalización de llegada. En el caso de la tabla a vela, los competidores se quejan de la instalación del triángulo de las regatas detrás, demasiado cerca del dique de protección del puerto, frenando la entrada de vientos más fuertes.

Para la Prensa, en unas áreas de regatas donde parece prevalecer la obsesión por la seguridad -un submarino estadounidense vigila la zona cercana a las regatas-, el acceso directo a los participantes está controlado por pases especiales de una hora de duración durante toda la jornada. Los barcos de Prensa que siguen las regatas se sitúan extremadamente lejos de las mismas, tanto los reservados a los fotógrafos como los de la Prensa escrita, y no están manejados por personas habituadas a tal tipo de tareas.

Los periodistas acreditados para seguir los pormenores de las regatas enviaron una carta al presidente del Comité Organizador de los Juegos, Peter Ueberroth, protestando por la carencia de facilidades análogas a las obtenidas en otra Juegos o competiciones internacionales.

Los resultados de la clasificación general, al término de la tercera regata, desarrollada en la tarde del pasado jueves, en las cinco categorías en que participa España, fueron los siguientes. Tabla a vela: primero, el holandés Stephan van den Berg (10º, el español Eduardo Bellini); en Finn, el neozelandés Russell Coutts (17º, Joaquín Blanco); en 470, los estadounidenses Stephen Benjamin y Christopher Steinfeld (2º, Luis Doreste y Roberto Molina); en Flying Dutchman, los estadounidenses Jonathan McKee y William. Buchan (9º, Alejandro Abascal y Miguel Noguer); y en Star, los griegos Ilias Hatzipavlis y Leónidas Pelekanakis (12º, Antonio Goróstegui y José Luis Doreste).