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Juegos de la 23ª Olimpiada de la era moderna

Díaz Miguel se dedicó a mover el banquillo ante China

ENVIADO ESPECIALEspaña, que hoy se enfrenta a Estados, Unidos (20.00 horas, TVEl), renunció ayer a propinarle una gran paliza a China. Díaz Miguel, probablemente, sintió piedad por el vencido y, cuando el encuentro caminaba hacia una victoria casi humillante, comenzó a realizar cambios en el equipo que proporcionaron a los chinos momentos de desahogo. De ir doblando los puntos, España acabó la primera mitad con tan sólo doce de ventaja. Con la retirada de Epi e Iurriaga, se acabó en el primer tiempo con el espectáculo del contragolpe certero.

López Iturriaga no tiene mejor cualidad que la de saber correr en solitario en espera del pase largo para pillar desprevenida a la defensa contraria. Ayer, aunque en dos ocasiones falló bajo la canasta, fue el palomero ideal mientras estuvo en la cancha y el hombre que proporcionó a los espectadores la satisfacción de ver cómo se puede sorprender al contrario sin que este caiga en la cuenta de que debe modificar su esquema.

Pese a que, en principio, Corbalán y Martín se quedaron en el banquillo, el conjunto hispano, con u a defensa al hombre un tanto presionante, dominó el encuentro sin dificultades. Romay, que estuvo incluso fino en algún momento, recogió rebotes y lanzó largo el balón para que Iturriaga pudiera escaparse. Lo mismo hizo Solozábal. Y en esa racha de salidas a todo gas participó incluso Jiménez.

Romay ganó a Zhangbao

España llegó a tener 21 puntos de ventaja, pero las modificaciones en el equipo produjeron descuidos en la defensa. Las diferencias se fueron manteniendo mientras Epi e Iturriaga tuvieron sus momentos felices, pero sucedió que Martín falló bajo el aro como no es propio en él y tampoco De la Cruz y Corbalán anduvieron muy acertados en el tiro. Con todo, la tranquilidad se mantuvo porque, aún en los instantes en que China fue acortando distancias, mientras España se quedaba detenida en los 46 puntos, se notó que sólo había un equipo capaz de jugar con movilidad y romper la defensa del contrario con los tiros desde media distancia.

Díaz Miguel, por si acaso, repescó en la reanudación a López Iturriaga y Epi y puso a Corbalán por Llorente. Y, en poco más de un minuto, otra vez hubo 16 puntos de delantera.

El pequeño duelo entre Romay y Zhangbao (2,16 metros) se resolvió a favor del español. Su adversario es mucho más lento y bastante menos preciso en los lanzamientos a canasta. China alineó en el comienzo a un equipo con bastantes menos centímetros que España, pero tampoco consiguió inquietar cuando modificó su esquema.

El encuentro se jugó con tal corrección que hasta el minuto cinco ninguno de los dos equipos había sumado una sola personal. El juego fue tan evidentemente favorable al conjunto español que ni siquiera en el momento en que se quedó con sólo once puntos de ventaja hubo opción a conflictos de ningún tipo. Y de ese apacible transcurrir de los minutos se llegó a contagiar el propio público, que sólo reaccionó en algunos instantes de asistencias originales, canastas más o menos espectaculares y breves reacciones de los chinos, En la segunda mitad hubo muchos minutos en los que se jugó entre el silencio del público. La presencia de numerosos chinos en los graderíos y el deseo de parte de los espectadores de ver a la víctima menos torturada fue lo que proporcionó algún grito de aliento. Pero todo fue tan tranquilo que ni el grupo de españoles que suele usar las consignas de la demencia del Estudiantes se dejó sentir. No merecía la pena.

En esas circunstancias, Díaz Miguel movió el banquillo por completo para que incluso Arcega pudiera estar en la pista más minutos de los habituales. En el colmo de las delicias, Fernando Romay marcó más puntos que nunca

Solventada la primera fase y asegurado el segundo puesto, que da opción a los cuartos de final, contra el tercero del otro grupo queda para hoy la prueba del nueve, es decir el pulso con Estados Unidos.

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