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Juegos de la 23ª Olimpiada de la era moderna

Estados Unidos mejora el récord mundial de 4X200 metros libres

ENVIADO ESPECIAL, Los Ángeles El éxito hispano de la jornada inicial de natación fue un espejismo. La segunda volvió a ser el fracaso habitual. La primera gran esperanza típicamente americana de la natación española se terminó ayer en la piscina. Mc'Donalds de Los Angeles. Y precisamente en el país que le vio nacer y con el que se siente identificado, aunque la sangre paterna sea aragonesa. David López Zubero, medalla de bronce hace cuatro años en los Juegos de Moscú, sólo hizo el 142 tiempo en las series clasificatorias de los 100 metros mariposa y se tuvo que conformar con disputar la final B, de segundos, en la madrugada de hoy. Estados Unidos superó el récord mundial de 4X200 metros libres con el equipo suplente de la serie matinal.

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Las estrellas de la noche

El segundo día de competiciones olímpicas volvió a tener su máxima atracción en la piscina. Mientras en la primera jornada se disputaron cuatro de los nueve títulos totales de los Juegos, esta vez fueron mas del 50%, cinco de ocho. Y Estados Unidos, confirmando los pronósticos que en natación raramente se cambian, dio ya serias muestras por la mañana, de que volvería a sumar el mayor número. Estados Unidos volvió a demostrar su dominio, con récords y triunfos los hombres y sólo con triunfos las mujeres, ante quienes se agranda la ausencia de las nadadoras de la RDA.En las series de la tarde, ganaron fácilmente en los 400 libres, con sus dos nadadoras, Mary Wayte y Cynthia Woodhead, y en los 100 mariposa con el nuevo Spitz, Pablo Morales. El cubanonorteamericano exhibió su flexibilidad y, con 20 y 23 "abrazos" al agua en cada largo, hizo 53.78, a 40 centésimas de su reciente plusmarca mundial. Borró así el viejo récord olímpico de Mark Spitz en Munich-72, es decir, de hace 12 años. Gross, segundo tiempo, no tan suelto en una distancia corta para su envergadura, no bajó de los 54 segundos por dos centésimas.

La gran decepción norteamericana fue su ex plusmarquista mundial Gribble, que parecía haberse recuperado de un grave desgarro muscular. Pero hizo el tiempo 11º y, enfadado, renunció a disputar la final B, lo que hubiera sido una afrenta más para su orgullo.

El que sí la iba a nadar, porque ya no parecía dar más de sí, y no era un consuelo el fracaso de Gribble, era López Zubero. Harri Garmendia se perdió aún más, aunque mejoro su mejor marca. López Zubero, con un tiempo de 55.66 quedó a casi un segundo de su plusmarca, 54.77. En Moscú, sin norteamericanos, fue bronce. Aquí, sólo con dos, el 14º, a salvo de la prueba de esta madrugada. El problema no fue la participación, sino que ya lo ha dicho todo en este deporte.

Gana Bauman

En las series de los 400 estilos, en los que no nadó Escalas con el fin de reservarse para el relevo (España fue sexta de su serie), Baumann, el plusmarquista mundial canadiense, batió el récord olímpico, pero quedó lejos de su récord mundial. Fue apurado por el norteamericano Kostoff en su serie.

En el relevo masculino, la impresionante densidad norteamericana, con equipo suplente para las series y titular para la final, impuso ya en la clasificación un nuevo récord mundial (7.18.87), un segundo menos que los 7.20.40 de la RFA de Gross en los campeonatos europeos de Roma-83.

Con Gross en liza, pero con Heath y Float en el cuarteto norteamericano, es seguro que la plusmarca más preciada para el baremo de la natación de los países iba a caer dos veces en el mismo día. España, para completar una mala jornada, como si lo del primer día hubiese sido un espejismo, ni siquiera superó el récord nacional y quedó con 7.32.21, a 20 centésimas.

La tercera jornada

Rick Carey, el rey de la espalda, y Rowdy Gaines, el viejo "sprinter" que ha esperado más que nadie para conseguir la consagración olímpica, serán las dos principales estrellas a seguir hoy en la tercera jornada de la piscina. Carey, en la tierra de John Naber, intentará recortar aún más sus espléndidos 1.58.86 en los 200 metros, mientras Gaines, aún con la plusmarca de la prueba reina de la velocidad, los 100 libres, en 49.36, deberá demostrar que puede lograr a los 25 años lo que Lundquist consiguió en la primera sesión a los 23. Sin duda, tendrá más dificultades que Carey para ganar. En las pruebas femeninas, siempre con las ausencias presentes, las americanas perderán seguramente los 100 espalda con las rumanas Bunaciu y Patrascoiu, aunque ganarán los 400 libres con Tiffany Cohen o Kim Linehan, una de las dos eternas segundonas de las alemanas orientales. Estados Unidos debe completar su cupo de cuatro medallas de oro en las cinco pruebas del día, con el relevo libre de 4 x 100. Su doble título de la prueba individual y su densidad para formar bastante más de un cuarteto para ganar, le dan todas las garantías.

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