Consol Maqueda pretendía dar un amparo legal a su asesino por considerarle enfermo mental
Maria Consol Maqueda, la abogada laboralista esposa del diputado Josep Maria Trias de Bes, que murió asesinada el pasado viernes en Barcelona, junto con su ayudante María del Carmen Mayordomo, había intentado tramitar un expediente de invalidez para dar amparo legal a Victorio Gómez, autor de su muerte, por considerar que se trataba de un enfermo mental al que no quería perjudicar con un despido. Victorio Gómez figura en la nómina de la Agrupación Local Sindical de Trabajadores a Domicilio, de la que era asesora jurídica Maria Consol Maqueda y su salario se ajustaba al convenio establecido para el ramo de oficinas y despachos, según fuentes solventes.
La Policía intenta ahora conocer si los homicidios fueron premeditados, al haber comprobado que Victorio Gómez compró, dos días antes del suceso, la navaja que utilizó para terminar con la vida de sus dos víctimas y herir muy gravemente a su compañera de trabajo Nuria Fito Font. El estado de salud de Nuria Fito, única superviviente de la tragedia y administrativa de la Agrupación empresarial, evoluciona favorablemente, según el parte médico facilitado ayer por el doctor José Sastre, del Hospital de Santa María del Mar de Barcelona.Las tres mujeres habían manifestado con anterioridad a diversas personas su temor por el estado mental del homicida, empleado subalterno de la agrupación, quien, al parecer, las había amenazado en otras ocasiones, hasta el punto que solicitaron a los responsables del gremio que intervinieran en el caso. Fuentes policiales aseguraron que el detenido tiene antecedentes de alteraciones psiquiátricas.
La Agrupación Sindical de Trabajadores a Domicilio se encuentra ubicada en la planta cuarta del edificio de la patronal Fomento del Trabajo, donde ocurrieron los hechos. Funciona como una organización empresarial dedicada a gestionar las nóminas y otras cuestiones de la Seguridad Social para empresas del ramo textil que contratan trabajadores a domicilio, modalidad en la que los operarios recogen los encargos y los confeccionan en sus propias casas. Desde la promulgación de la Ley General de la Seguridad Social, estos trabajadores cuentan con un sistema peculiar de afiliación y cotización.
Victorio Gómez planteó presuntas discrepancias de orden salarial con la agrupación textil en diciembre pasado al abogado de Oficinas y Despachos de la Unión Local de Comisiones Obreras de Barcelona. Este, según manifestó a este diario, comprobó, por sus recibos de salario, que se encontraba en la nómina de la empresa y que el salario percibido se encontraba ligeramente por encima de lo previsto en el correspondiente convenio. En una conversación telefónica mantenida con Maria Consol Maqueda, ella le argumentó que intentaría tramitarle un expediente de invalidez por enfermedad porque sus condiciones de salud no le permitían cumplir con sus obligaciones. Quiso evitar así el desamparo legal en que se encontraría si la empresa le despedía.
Diferencias salariales
Al no constatar diferencias salariales con el convenio del ramo, única disconformidad que Gómez manifestó al abogado, dado que en ningún momento se refirió a problemas de inestabilidad laboral o de falta de afiliación a la Seguridad Social, no se tramitó ninguna reclamación legal, a pesar de insistir el trabajador en ello. Sí se constató, en cambio, que Victorio Gómez, al cobrar las correspondientes mensualidades, se negaba a firmar los recibos. Seis meses después, el requerimiento de Consol Maqueda a que suscribiera la cantidad percibida, alteró la personalidad del trabajador. Los familiares de éste continuaban ayer en la creencia de que "Victorio no tenía seguro, a pesar de llevar 15 años en la empresa y que harto de que se mofaran de él, reaccionó de esa forma injustificable".
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