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Porta mostró su preocupación por los derechos humanos en la Asamblea de la Federación de Fútbol

Luis Gómez

La Federación Española de Fútbol celebró ayer una sesión informativa, ante escasa concurrencia, y como excusa obligada para que su presidente, Pablo Porta, pudiera dirigir un discurso de despedida, lanzar ataques contra la Administración y mostrarse como un sensible defensor de los derechos humanos y las normas constitucionales. Porta pronunció un discurso de 18 minutos y propuso que el resto de la asamblea se destinara al capítulo de ruegos y preguntas. El acto se suspendió sin que mediara votación alguna. La junta de gobierno de la federación decidió dejar sin efecto todas las sanciones de suspensión o clausura de campos impuestas por hechos ocurridos antes del 27 de julio, excepto los que fuesen a perpetuidad. La junta directiva ratificó que el calendario de la Liga no será hecho público y que se sorteará ante notario el próximo martes.

La asamblea informativa resultó una de las más breves que se recuerdan en el dilatado capítulo de plenos federativos del fútbol español. Comenzó cuando apenas eran las 10.20 horas para concluirla Pablo Porta a las 12.30 horas con un saludo a las mujeres y familiares de los directivos del fútbol. Porta dedicó 18 minutos a un discurso de despedida y planteó la asamblea como un turno de preguntas dirigidas a su persona. No hubo votación alguna, ni aprobación de medidas, ni debate, dado que no se planteó ninguna cuestión. Sólo el presidente del Betis, Gerardo Martínez Retamero, se manifestó como el más afectuoso a la hora de pronunciar acaloradamente, y en pie, su entusiasmo por las palabras de Pablo Porta.Sólo un directivo de un club modesto apeló a las posibles consecuencias de la no puesta en publicidad del calendario de encuentros para la próxima temporada, cuestión que no se debatió en la asamblea. Manuel Vega-Arango, presidente de la Liga profesional, comunicó que se realizaría el sorteo, en presencia de un notario, el próximo martes, pero que se tendrían en cuenta todas las peculiaridades. No se dio otra explicación, y la asamblea pareció dar como buena esta medida para intentar forzar a la Administración a incrementar para los clubes el porcentaje que perciben de las quinielas.

El resto de intervenciones giraron en torno a las críticas a la Administración y sus diversos decretos. Un directivo volvió a insistir en que los balones cuestan 1.300 pesetas y que cada club sólo recibía una subvención estatal de 1.600 pesetas, sin definir si dicha ayuda proviene del Estado directamente o de decisiones adoptadas por las federaciones regionales. Pablo Porta aprovechó estas opiniones para expresarse como un pulcro defensor de los derechos humanos y constitucionales. "No vamos a hacer obstrucción ni resistencia alguna"; "no vamos a incumplir el Estatuto de los Trabajadores "; "no podemos ser cómplices de un hecho anticonstitucional"; "no podemos crear una desigualdad entre los españoles", fueron algunas de sus citas legalistas en torno a la dificultad existente por cumplir los decretos del Gobierno en materia de elecciones.

Finalmente, el presidente comunicó que ponía en conocimiento de los asambleistas el balance de cuentas de la Federación y el proyecto de presupuesto para el próximo ejercicio.

Amnistía

La Junta de Gobierno de la Federación Española de Fútbol decidió, por otra parte, adoptar medidas de gracia en favor de los clubes, directivos, jugadores, árbitros, entrenadores y auxiliares "por la magnífica actuación de la selección española al obtener el subcampeonato de la Copa de Europa de Nacionaes, así como por la obtenida por la selección sub-21 y por la juvenil al clasificarse para la Copa del Mundo".Esta decisión deja sin efecto todas las sanciones de suspensión o de clausura de campos impuestas por hechos ocurridos con anterioridad, exceptuándose los que fuesen a perpetuidad. La medida permite a los jugadores Migueli, Clos (Barcelona) y Sarabia, Goikoetxea y De Andrés (Athlétic de Bilbao), sancionados por los incidentes de la final de la Copa del Rey por tres meses.

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