Uniformes para el recuerdo

Zapatos marrones, calcetines, pantalones y camisa crema, chaqueta granate y corbata del Comité Olímpico Español (COE) son los elementos del uniforme de la delegación española en la ceremonia. Los 266 expedicionarios tienen uniforme. Bueno, el de Marta Bobo llega poco antes de iniciarse la ceremonia porque, con el trajín, se lo olvidó en su casa. Todos los deportistas se quedarán el traje y la mayoría lo irá utilizando por piezas, tras haberlo tenido entre naftalina durante unos meses como recuerdo. No todos se lo van a poner hoy en la inauguración; unos, porque no están todavía en Los Ángeles, y otros porque no se les permitirá el acceso al estadio. Los escogidos tienen una sóla preocupación: guardar el paso. Como buenos latinos, España es de la pocas delegaciones que prácticamente no ha ensayado el desfile.La delegación española ha sido vestida por Adidas, que ha regalado la uniformidad. Pero los trajes fueron confeccionados por Celso García, sin ningún carácter altruista o de propaganda. A lo más que accedió fue a un descuento por venta al por mayor. Algunos uniformes necesitaron un toque final para ajustar medidas, y las más hacendosas de entre las mujeres españolas se entretuvieron dando los últimos retoques al uniforme.

Alejandro Abascal es el deportista que lleva la bandera y que abre el grupo español. Tal honor se le ha encomendado porque es el único del grupo, junto con Miguel Noguer, campeón olímpico -de la clase Flying Dutchman de vela-.

Moreno, barbudo y de seria apariencia, pero capaz de convertirse en uno de los protagonistas de los carnavales de Tenerife con sus disfraces y ocurrencias, Abascal se ha tomado muy en serio su papel de abanderado. Por lo pronto, en Long Beach, donde residen los equipos de vela, el cuartel español es el más fácil de encontrar. La bandera instalada es de tan descomunal tamaño, que permite localizar la casa donde residen los españoles al primer golpe de vista. No hay más que mirar al cielo.