El filósofo florista
"Adiós bella muchacha. El tiempo es un caballo. Oyelo como corre". Así, frente a una figura de madera, despidió Luis Arribas Castro la pasada noche del jueves su programa La orquesta. El ,programa había sido acusado, tras sus dos primeros espacios, de ser una-vulgar copia del Si yo fuera presidente. Si hemos de ser sinceros, hay que reconocer que el programa rebosa originalidad. Hacía muchos años que en TVE no se asistía a un espectáculo tan ridículo. Luis Arribas Castro, presentador y director de La orquesta, recorre el plató el "escenario de la vida" le llama él representando el papel de un florista filósofo.Entre el asombro y la incredulidad, el grupo de amas de casa que le acompaña ha de enfrentarse a interrogantes como qué es la pasión o qué es el amor puro. "¿No es cierto aquello de que pudo haber sido y no fue?", se pregunta Arribas Castro. La oyente le contesta inmediatamente: "Sí, efectivamente". "¿Qué le parece a usted aquello de: 'Hija, toda alma necesita un derramadero'?", se cuestiona el florista filósofo. "Toda alma.... ¿qué?", le responde su interlocutora. "Le voy a decir una palabra y quiero que me diga lo que le sugiere: cuando el pan es amargo, o ha llorado el panadero, o el que come está llorando. Tras unos minutos de reflexión, con llano pragmatismo, la sorprendida invitada afirmó: "Yo creo que, el pan no habría que hacerlo amargo. Así no tendrían que llorar ni el panadero ni el que lo come".
La orquesta se emite todos los jueves a las 22
05 por la primera cadena.
Ceder ante los invitados
De todas formas, en apoyo de Arribas Castro hay que reconocer que tampoco la suerte le acompañó. En el programa del último jueves, después de regalarle a una niña una margarita como símbolo de la inocencia, ésta le respondió que no le gustaba, que prefería la que representaba el amor apasionado. El florista filósofo hubo de ceder.
Tampoco la orquesta pudo hacer uno de sus números musicales al no conseguirse, pese a toda la insistencia mostrada, que una señora dijera alguna canción que recordara de su juventud o que alguna vez hubiera bailado. "No he bailado jamás en mi vida", aseguró. Una anciana asistente también se negó a cantar una nana, y eso que previamente le habían regalado una muñeca y un costurero. José Guardiola y su hija interpretaron, por último, una samba justo en el momento en que Luis Arribas Castro les pidió que cantaran Di, papá.
Como colofón, la invitada especial, Massiel, tampoco aceptó el pretendido tono que el florista filósofo quiso dar a la entrevista. "A ti te lo voy a contar", respondió cuando se le preguntó sobre su vida amorosa. "¿Qué pasá, que vamos de psicoanálisis?", contestó la cantante cuando se le interrogó por su auténtica personalidad, y añadió: "Si lo sé pido otro caché".
Así es imposible triunfar. Tal y como si fuera consciente del bochorno que supone cada emisión de La orquesta, Arribas Castro solicita que por favor la gente le escriba para ver si el arreglo viene de fuera, pero sobre todo pide que se le envíe el número de teléfono. Si usted desea satisfacer sus deseos ya sabe lo que tiene que hacer, pero no olvide que corre el peligro de que Arribas Castro le llame por teléfono.
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