Un vuelo de Iberia a Buenos Aires despega con 15 horas de retraso y deja a 9 pasajeros en tierra
Los pasajeros del vuelo de Iberia 999, con salida desde el aeropuerto internacional de Madrid-Barajas y destino a Buenos Aires (Argentina) tuvieron que esperar ayer 15 horas para comenzar su viaje, a causa de tres averías consecutivas en el aparato. El avión, un DC-10, debía haber despegado del aeropuerto madrileño a las 0.30 horas del miércoles, pero no lo hizo hasta las 15.30 horas. Tras la espera, nueve pasajeros quedaron en tierra, pero sus equipajes volaron hacia la capital argentina.
El vuelo de Iberia 999, Madrid-Buenos Aires, tenía prevista su salida a las 0.30 horas del miércoles. Los pasajeros embarcaron a las 23.30 horas del martes. Dos horas después, a la 01.30 horas, con unas 260 personas a bordo, el piloto, un comandante apellidado Cervera, comenzó la operación de despegue por las pistas del aeropuerto.Cuando el aparato ya había alcanzado gran velocidad, frenó bruscamente y el comandante informó que se había detectado una avería. El pasaje tuvo que abandonar la aeronave. Más tarde, los pasajeros fueron de nuevo embarcados. Cuando el avión rodaba por las pistas otra vez a mucha velocidad, se produjo un segundo aborto de despegue. En esta ocasión, a causa del frenazo, a más de 200 kilómetros por hora, se incendiaron algunos neumáticos del tren de aterrizaje. A las cuatro horas de la madrugada, Iberia informó, sin explicar los motivos, que el vuelo quedaba suspendido y que los pasajeros debían escoger entre regresar a sus domicilios o alojarse de forma gratuita en un hotel cercano al aeropuerto.
"Suban, que me voy"
Los pasajeros volvieron al aeropuerto de Barajas a las 13 horas de ayer, tal y como les había pedido la compañía Iberia, y fueron embarcados en el mismo aparato DC-10. El despegue estaba anunciado para las 14 horas, con el mismo comandante que pilotaba la aeronave en la madrugada. Sin embargo, los pasajeros tuvieron que aguardar otras dos horas sin que comenzara el viaje.Una treintena de pasajeros optó, hacia las 15 horas, por bajar del aparato a recabar explicaciones y denunciar la situación. Según algunas de las personas que intervinieron en esta reclamación, como en Iberia nadie les ofreció ninguna explicación optaron por dirigirse al cuartelillo de la Guardia Civil, y consiguieron que hacia las 15.30 horas una patrulla al mando de un sargento se acercara al avión para preguntar al comandante Cervera las causas del retraso. Entonces, según el testimonio de algunos pasajeros, el piloto ordenó cerrar las puertas de la aeronave. Antes de que se efectuara esta operación, el comandante se dirigió desde la cabina a los pasajeros que habían descendido a la pista y les advirtió: "Suban ustedes, que me voy". Inmediatamente el aparato inició las maniobras previas al despegue, dejando a nueve personas en tierra. Los equipajes de estos viajeros frustrados volaron hacia Buenos Aires.
Un portavoz de Iberia informó ayer que los dos despegues abortados en la madrugada del miércoles obedecieron a problemas técnicos que se detectaron en unos flaps y en el tren de aterrizaje. El retraso del tercer intento, el de la tarde de ayer, tuvo como causa "una pequeña avería, en los lavabos".
Sin embargo, la jefa de terminal de servicios de Iberia en el aeroperto de Barajas ofreció una version completamente distinta de los motivos que habían impedido al DC-10 efectuar el despegue en la madrugada del miércoles. Según declaró esta persona a Efe, el vuelo a Buenos Aires fue cancelado "porque se abortó dos veces el despegue, debido a la situación crítica de las condiciones atmosféricas por las altas temperaturas".
Según el mismo portavoz de la compañía aérea, las personas que se quedaron en tierra fueron nueve. Entre estos pasajeros había tres que son empleados de la compañía Iberia. El citado portavoz aseguró que, según la información de que disponía, estos pasajeros se "quedaron voluntariamente en tierra", y añadió que "el piloto desde la cabina les había pedido que subieran al aparato porque iba a despegar de inmediato".
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