Manuel Vicent y los judíos
Habiendo leído su diario desde hace casi un año, por falta de competencia, al ser el único legible publicado en la Península Ibérica, he podido darme cuenta de que un periódico con un toque de izquierdismo debe atacar de cuando en cuando el asqueroso unionismo popular del actual Gobierno de Israel. Esto se consigue fácilmente publicando los inteligentes artículos de Víctor Cygielman o los más quijotescos de Jacobo Timerman.Sin embargo, atacar tradiciones de naturaleza religiosa es mucho más delicado, y se necesita el genio de un Saúl Bellow o de un Buñuel para conseguir tratar con éxito el tema y mantenerse dentro de los ambientes y tradiciones respectivos.
Vicent, con mucho menos genio artístico, se permite el lujo de hacer una mezcla de chistes sobre tradiciones que le son ajenas, resultando inevitablemente un conocimiento literario que traspasa los límites del buen gusto, los mismos que diferencian lo erótico y lo pornográfico-
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