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Ismael Ivo,

bailarín brasileño encargado de dirigir las primeras semanas internacionales de baile de Viena-84, ha tenido que abandonar el piso de la capital austríaca, que acababa de alquilar, a causa de los prejuicios raciales de su casera. Ivo había suscrito previamente un contrato anual para habitar el piso y, una vez instalado, recibió la visita del batería de color Ricardo Matheus. Cuando la propietaria se enteró de que su inquilino y sus amigos tenían la piel demasiado oscura para lo que debe ser común por su barrio, decidió rescindir el contrato alegando que sus inquilinos "no se mezclan con esa gentuza".

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