Los nuevos motores BMW cambian el signo de la temporada de Fórmula 1
Las dos victorias consecutivas del actual campeón del mundo, Nelson Piquet, en las dos últimas carreras disputadas en el presente campeonato, podrían suponer un cambio sustancial en la marcha del campeonato. De confirmarse este fin de semana, en el Gran Premio de Dalias (Estados Unidos), la actual supremacía del renovado motor BMW del Brabham, el brasileño comenzaría la segunda mitad de la temporada lanzado hacia lo que podría ser su tercer título mundial. Sin embargo, la respuesta de McLaren-Porsche, decisiva para las aspiraciones de sus pilotos, Prost y Lauda -primero y segundo, respectivamente, del mundial-, no tardará.
La primera fase de la temporada no pudo ser más desastrosa para la escudería Brabham-BMW. El motor BMW contó sus apariciones por fracasos. Seis carreras, seis roturas, que dejaron al actual campeón del mundo fuera de carrera en las seis ocasiones, sin llegar a sumar ni un sólo punto.Mientras, el equipo McLaren-Porsche dominaba a placer. En esas seis primeras carreras de la temporada, cinco victorias se repartieron sus pilotos: tres para el francés Alain Prost, que -unidas a un segundo puesto- le auparon hasta la cabeza de la clasificación del mundial, y dos para el austriaco Niki Lauda, segundo de la misma. Con un motor potentísimo; con la ventaja adicional de no estar demasiado penalizado por un consumo de combustible excesivo; y con un chasis de diseño plenamente acertado, y fabricado con materiales tan modernos como sofisticados, el McLaren-Porsche se había convertido en el mejor coche de la temporada.
En manos de pilotos como el francés Alain Prost -probablemente, con Piquet, uno de los dos mejores del mundo-, y el austriaco Niki Lauda -frío y calculador, para sumar puntos sin necesidad de riesgos innecesarios-, la escudería McLaren-Porsche parecía inaccesible.
Sin embargo, las modificaciones efectuadas en el motor BMW, que impulsa al Brabham de Nelson Piquet, han dado el resultado apetecido por los técnicos alemanes. Después de contar sus actuaciones por fracasos en las seis primeras carreras de la temporada, en las dos siguientes el brasileño Nelson Piquet las ha transformado en victorias inapelables. Los problemas derivados de la reducción del consumo, y la utilización de gasolinas más controladas en su octanaje y densidad, y con ciertos aditivos secretos, podrían haber sido los causantes de los fallos iniciales.
Al final de la pasada temporada, en la que Nelson Piquet, al volante de su Brabham. con motor BMW conquistó su segundo título mundial, las escuderías Renault y Ferrari denunciaron a la marca alemana por utilizar gasolina de mayor octanaje del permitido y de densidad excesivamente baja. Ciertos análisis parecían confirmar las tesis sostenidas por los denunciantes. La Federación Internacional confirmó el título de Piquet pero, de alguna manera, la gasolina que utilizaba en exclusiva BMW quedó marcada.
Por otra parte, al reducirse la capacidad máxima de los depósitos de combustible, todos los fabricantes tuvieron que recurrir al comienzo de esta temporada al empleo de sistemas como el de la congelación, para reducir el volumen, y la adición de agua y otros aditivos, para aumentar la eficacia y reducir el consumo. Ahora, el menor octanaje, la congelación y los aditivos, podrían haber provocado una especie de resecamiento de ciertas partes del motor BMW y las posteriores averías.
Si BMW ha conseguido -como parece- resolver estos problemas, las ocho carreras que quedan aún por disputarse pueden ser una repetición del mano a mano entre el francés Prost y el brasileño Piquet, semejante al de la segunda mitad de la temporada pasada. En esta ocasión, con Prost al volante de un McLaren-Porsche, más competitivo que su Renault de 1983, aunque con menos puntos de ventaja sobre el piloto brasileño.
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