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Víctimas españolas en el Golfo

Diario 16( ... ) Acaban de morir, alcanzados por un misil iraquí, un Exocet probablemente, siete españoles, tripulantes de un barco de bandera liberiana que acababa de cargar petróleo en la terminal iraquí de Jarg. Y la ocasión es propicia no sólo para mostrar indignación diplomática ante tan salvaje acto, que vulnera además todas las convenciones internacionales por -cuento la agresión se produjo en aguas internacionales y contra un buque neutral, sino para echar una mirada atenta a una guerra que viene durando ya 44 meses y que ha costado decenas de miles de muertos, por mucho que la insensibilidad mundial haya hecho que las constantes matanzas de uno y otro contendiente hayan pasado prácticamente inadvertidas a los ojos de las sociedades civilizadas.

La comunidad internacional viene actuando con un cinismo verdaderamente admirable en el conflicto Irán-Irak; la única preocupación que embarga a las potencias tiene que ver con el suministro de petróleo procedente del golfo Pérsico. Pero no ha habido verdaderos esfuerzos por detener un absurdo conflicto, desencadenado por el iluminismo integrista de Jomeini, lanzado a una guerra santa. De hecho, la mayoría de los países occidentales -España entre ellos, por supuesto- están explotando el conflicto vendiendo armas a los dos contendientes, y esperando que el puro cansancio sea el que detenga el delirio de dos países ya -depauperados de por sí.

, 30 de junio

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