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La resistencia palestina camina hacia la reunificación tras el acuerdo alcanzado en Aden

La resistencia palestina parece haber emprendido el camino hacia su reunificación poniendo término a las luchas fratricidas -que la desgarran desde hace un año, a juzgar- por el importante acuerdo al que Negaron el pasado jueves en Aden cinco grupos integrados en la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

Al cabo de cuatro encuentros celebrados en la capital suryemení y de cinco días consecutivos de reuniones en ésta última etapa, cuatro facciones palestinas integradas en la Alianza Democrática (marxista) y Al Fatah, principal grupo integrante de la OLP, han dado, según el comunicado final, "un paso histórico hacia el restablecimiento de la unidad". Ambas partes se han puesto de acuerdo sobre un recorte de los poderes del líder de la resistencia, Yasir Arafat, que conservará, sin embargo, la presidencia del comité ejecutivo de la organización.El principal artífice de la negociación ha sido el Frente Democrático de Nayef Hawatmeh, el más prosoviético de los grupos palestinos, alentado en su tarea por los dirigentes del Kremlin, que paralelamente presionaban a Siria para que no obstaculizase el pro ceso de reconciliación. Tanto el pequeño Partido Comunista Palestino como el régimen socialista de Yemen del Sur han desempeña do también un papel activo en estas conversaciones.

Concretamente, el acuerdo prevé la adopción de medidas que pondrán un término a cualquier hegemonía y dejadez en la toma decisiones", haciéndose así eco de las críticas de la izquierda contra los métodos de dirección de Arafat, y para limitar sus supuestos abusos de poder se instaurará "una jefatura colegial a nivel del comité ejecutivo", que contará también con tres vicepresidentes.

El documento final redefine las relaciones de la resistencia con Si ría, Líbano, Egipto y Jordania, y tras mencionar a este último país recuerda "el derecho de la OLP a representar al pueblo palestino". Esto significa que también sobre este punto han triunfado las tesis radicales y que en su diálogo con el rey Hussein, Arafat no podrá darle, como solicitaba insistentemente el monarca hachemita, un mandato para negociar la paz en nombre de los palestinos.

Por último, y ésta es la tercera concesión efectuada por los fieles de Arafat reagrupados en el seno de Al Fatah, el acuerdo recalca la necesidad de "un diálogo global de todas las fuerzas palestinas sin excepción", fórmula que incluye también a los disidentes de Abu Musa y Abu Aleh, que con la ayuda del Ejército sirio sitiaron el pasado otoño a Arafat en Trípoli y con los que éste se negaba a conversar, calificándolos de "traidores" y de "marionetas sirias".

A cambio de la flexibilización de su postura, el jefe histórico de la resistencia consigue mantenerse formalmente al frente de la misma y obtiene la convocatoria del Consejo Nacional Palestino -máxima instancia de la OLP- para antes de finales de agosto.

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