El acuerdo en la RFA para reducir la jornada laboral a 38,5 horas semanales pone fin al conflicto en el sector del metal
La huelga del sector del metal en el norte del Estado de Baden-Wurtemberg está tocando a su fin, después de que en el día de ayer la gran comisión del sindicato del ramo, IG-Metall, y los representantes de la patronal decidieran aceptar la propuesta del mediador imparcial en el conflicto, el socialdemócrata Georg Leber. A favor de la propuesta de las 38,5 horas semanales de trabajo sin redacción de empleo votaron, después de una dura discusión, 87 miembros de la gran comisión -formada por sindicalistas de la central IG-Metall y del norte de Baden-Wurtemberg-, mientras 31 se mostraron en contra.
Los metalúrgicos alemanes occidentales serán, por tanto, los que por primera vez en la historia hayan logrado rebajar la semana laboral de 40 horas, jornada habitual en numerosos países de Occidente. El sindicato del metal, siguiendo la recomendación de la Confederación Europea de Sindicatos, reivindicaba la semana laboral de 35 horas.El presidente del sindicato alemán del metal -el más poderoso del mundo occidental, con más de 2,5 millones de afiliados-, Hans Mayr, señaló poco después de finalizar la reunión que a partir de mañana y el próximo lunes se iniciarán las votaciones en las diferentes empresas en huelga para que los obreros decidan si están dispuestos a regresar al trabajo.
Mientras para lograr la huelga fue necesario que más de un 75% de los cuestionados apoyaran la propuesta sindical, a la hora de acabar con ella sólo hará falta que un 25% de los obreros se muestren a favor de la vuelta al trabajo.
Ernst Eisenmann, jefe del distrito de Stuttgart en la IGMetall, comentó, después de las cinco horas de discusión de la gran comisión, que la lucha laboral, cuya duración ha alcanzado
las siete semanas y ha paralizado la industria automovilística alemana, ha sido "el mayor enfrentamiento habido entre trabajadores y empresarios desde el final de la segunda guerra mundial".
Con la propuesta de Georg Leber, ex presidente del sindicato de la construcción y ex ministro de Defensa, se ha conseguido romper el tabú de los empresarios que supone reducir a menos de 40 horas la semana laboral. La lucha de los metalúrgicos se ha centrado fundamentalmente en lograr la reducción de horas de trabajo, afirmó Eisenmann.
Una vez que los obreros hayan votado y, como es de esperar, decidan dar por terminada la huelga, patronos y sindicalistas se reunirán el próximo martes para ultimar los detalles definitivos del acuerdo.
La propuesta de Leber prevé que, además de la reducción de la semana laboral, los trabajadores reciban un incremento del 3,3% en sus salarios a partir del 1 de julio de este año, y una nueva subida del 2% desde el 1 de abril de 1985.
La lucha laboral por la semana de 35 horas sin reduccíón salarial se inició el pasado 14 de mayo, con la huelga de 13.000 trabajadores de 14 empresas en el norte de Baden-Wurtemberg. El 21 de mayo se unieron al conflicto otros 33.000 obreros del Estado de Hesse.
Al final del enfrentamiento laboral, un total de 63.000 trabajadores del sector se encontraban en huelga en la región citada; otros 124.000 se habían visto obligados a cesar en el trabajo debido al cierre patronal, y 226.000 obreros en el resto del país se encontraban parados, ya que las empresas habían parado las cadenas de montaje por falta de piezas con las que seguir montando sus productos, en su mayoría automóviles.
La salomónica solución de Leber, con la que se han visto obligadas a ceder las dos partes del conflicto, ha llegado en el momento en que la lucha laboral amenzaba con llevar a un callejón sin salida y cuando las industrias del sector comenzaban a preocuparse seriamente por lo elevado de las pérdidas. Las pérdidas de producción hasta el pasado 22 de junio se elevaban ya a los 3.000 millones de marcos (170.000 millones de pesetas), y los obreros del sector habían dejado de percibir más de 1.500 millones de marcos (85.000 millones de pesetas) en concepto de salarios y pagas.
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