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España, digna subcampeona de la Eurocopa de fútbol

Los franceses heredaron la fortuna de los españoles

´ Ganaron de fortuna. Y lo saben. Pero disfrutaron de lo lindo. Francia heredó anoche toda la suerte que España había esgrimido antes y consiguió el triunfo que llevaba persiguiendo durante ocho laboriosos años. Michel Hidalgo se retiró anoche abrazado a la mayor copa de Europa. Quién sabe si hasta durmió con ella. Pero todo el mundo se dio cuenta de que Platini tiene los pies de barro. España abortó con su planteamiento -conservador, prudente, de contragolpe, hasta que le marcaron el gol- el avant match triunfalista que vivió Francia. Ganaron, pero jugaron asustados, temerosos, sabiendo que podían perder. La explosión de júbilo denotó lo amedrentados que estaban. Pero España, que supo jugar a contener y convertir a un equipo de filigrana en otro asequible, no supo culminar las contadas ocasiones de gol que tuvo. Y eso que fueron mucho mejores que las escasísimas elaboradas por los azules.

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El partido fue de pobre calidad, aunque de gran empuje y mucha pelea. Miguel Muñoz volvió a repetir su error ante Portugal. Tardó 20 minutos (del 57 al 76) en recurrir a Sarabia. Durante la última media hora, Francia, sin director -Camacho no dejó lucirse a Platini-, se limitó a conservar su mínirna ventaja. Mientras, Santillana y Carrasco se veían impotentes para perforar el marco de Bats. El azulgrana no tuvo su noche, siendo más torpe que nunca en los metros finales. Los españoles tampoco supieron aprovechar esos seis minutos postreros en los que Francia jugó a la desesperada con un elemento menos.

El problema para Espafia fue no cobrar ninguna renta en los primeros 35 minutos, en los que los marcajes al hombre (Víctor-Tigana Camacho-Platini, Señor-Giresse y Francisco-Fernández), junto a la gran labor de libre de Gallego, al ataque en numerosas ocasiones, descentraron a Francia y permitieron que la ofensiva española llegara con calma ante Bats. Pero Víctor remató de cabeza a un dedo del poste derecho (18 minutos); Battiston sacó el balón de la misma escuadra tras un remate impecable de cabeza de Santillana (31) y el propio goleador blanco, tras dejar clavado a Le Roux,(33) no culminó. Francia no tuvo ni una sola ocasión en la primera parte Con Tígana y Giresse temerosos del contragolpe español y Platini inhibido -los españoles lograron que el público francés pitara a su ídolo a los 35 minutos-, España perdió su gran ocasión.

La selección española, que había llegado a la final apoyada por la suerte en los momentos claves, vio destrozado su planteamiento en una jugada desafortunada de .Arconada, quien ha salvado cientos de veces al cuadro español. Todo partió de una falta dudosaque el árbitro -casero en los momentos más delicados- señaló contra el marco español. Era el lanzamiento ideal para Platini, que tiró junto al palo donde se encontraba Arconada, quien cometió uno de los grandes fallos de su vida deportiva al escapársele el balón después de detenerlo. Santillana, Víctor y varios compañeros se desahogaron mofándose del árbitro. Pero no sirvió de nada.

A partir de entonces, los españoles intentaron lanzarse al ataque, perosin orden. Muñoz tardó en reaccionar y, pese a jugar los seis últimos minutos con diez jugadores, Francia supo defenderse. Iba 1-0. No necesitaba más. Si España empataba, tenía todavía la prórroga. Y, además, los españoles se mostraban torpes, escasos de ideas e individuafi stas, como lo demostró Francisco (71), al querer meterse debajo de la portería de Bats con el balón controlado.

La ayuda de Christoy

Y fueron en esos minutos en los que España buscaba su recuperación cuando Christov se convirtió en una ayuda importante para los favoritos. Mirando constantemente al reloj, trataba de entorpecer el ya escaso ritmo de los españoles. Cuando faltaban seis minutos, no tuvo más remedio que expulsar a Le Roux, que, junto a Fernández, había repartido bastante leña en unos instantes alborotados de los dos equipos. Los españoles, enfadados, perdieron los papeles por lo que consideraban un arbitraje casero y se dedicaron, durante algunos segundos, a pelearse con el colegiado, al que le recomendaron, al final, que subiera a buscar la copa, junto a Platíni.

España perdió por la mala suerte de Arconada, por el escaso acierto en el remate durante la primera media hora, por la tardía reacción de su seleccionador y por el desconcierto que el árbitro sembró en un equipo que, al cabo, recibió otro gol.

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